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Deportes

Una película que no llegó a Concha de Oro

El Sevilla presentó un buen guión a la alfombra roja de San Sebastián, pero sin obtener el premio deseado: cortar la racha de un año sin ganar a domicilio.

el 29 sep 2013 / 00:30 h.

REAL SOCIEDAD - SEVILLA Rakitic abraza al autor del gol, Jairo Sampeiro. Una película aceptable, con un buen reparto y un guión bien trazado de inicio pero no con la suficiente consistencia como para llevarse la Concha de Oro. El director Unai Emery no se llevó el premio de los tres puntos en la cinéfila San Sebastián, que precisamente ayer, a la hora del partido, repartía los premios de su festival. Pero al menos sí que mostró una imagen que no languidecía como la de Mestalla. Lo hizo cimentado en los jugadores de reparto. El de ayer no era una película para estrellas de Hollywood tipo Marko Marin –que se quedó en el banquillo para sorpresa de muchos– y sí para secundarios como Iborra y Cristóforo, que formaron un doble pivote que dio consistencia atrás ante un equipo Champions como es, no lo olviden, la Real Sociedad. Pero este filme no se fue de vacío, ya que hay papeles para todos los gustos. El primero, el de actor revelación, se lo ganó Jairo Sampeiro. El cántabro, de apenas 20 años, crece por días. No sólo por el gol que brindó en el minuto 18, sino por el recital de quiebros, controles y despliegue defensivo. Lo dio todo... y por poco se deja hasta un diente en la pelea con Mikel González. De un actor revelación a un actor consagrado. Nadie discute que Rakitic, el croata de Pino Montano, es el líder en el campo. Todos los contragolpes circularon por sus botas, en esa posición de mediapunta que, esta vez sí, pudo ocupar tras el banquillazo de Marko Marin. La película, sin embargo, no llegó a obra maestra en el estadio de Anoeta. Esta vez, no fue tanto fallo del director Emery –salvo su tardanza a la hora de efectuar los cambios, que no llegaron hasta el minuto 78–, sino por fallos de interpretación de actores llamados a asumir papeles de peso en este Sevilla. “Qué desastre”, fueron las palabras de Trochowski al ver que su disparo, a puerta vacía, se iba al limbo. Ese ocasión malograda habría cambiado el guión del partido y le habría puesto un final feliz a un año de sinsabores a domicilio. Pero ya que estamos de aniversarios, no olvidemos el de la mejor película rodada –salvando días de títulos y rosas– en el Pizjuán. Cuando una estrella de esas del paseo de la fama llegó a Sevilla. Hace 21 años, Maradona se enfundó la elástica sevillista y llenó de ilusión a una afición. Ilusión que ansía recuperar este año.

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