Ni las altas temperaturas que registra Sevilla en verano, ni las dificultades con que cuenta actualmente la industria cinematográfica para producir nuevas obras han impedido que la capital andaluza se haya convertido estos días en un plató de cine ocupado por las cámaras -hasta cuatro diferentes- de Sueño , una película que el director, guionista, actor y productor Joaquín Ortega llevará a la gran pantalla "cueste lo que cueste".
Eso sí, esta expresión de firmeza no hace precisamente una alusión literal al presupuesto con que está dotada la cinta, la cual tiene un coste de 400.000 euros y está exenta de subvenciones. Se trata más bien de una cuestión de iniciativa, perseverancia, ingenio y, sobre todo, amor al arte, cualidades todas ellas que tienden a agudizarse en momentos de dificultad.
Este es el planteamiento que ha llevado a Ortega y a otros sesenta profesionales a participar en la producción de Sueño a las duras y a las maduras. En el caso del director, éste ha optado por pedir créditos personales -tras siete meses de peregrinaje por distintas instituciones sin lograr subvención- en lugar de guardar el proyecto en un cajón. Y en lo que respecta al resto de participantes, éstos aceptan no cobrar nada de momento, a la espera de hacerlo más adelante en función de los posibles beneficios que se recauden. En este sentido, Ortega basa su sistema en el modelo estadounidense donde, al contrario que en España, "ninguna película recibe ayudas públicas". "Aquí, en cambio, no se rueda ningún film sin subvenciones previas y esto provoca que cada año ‘caigan' muchos proyectos", afirmó.
Así, cansado de que esta situación se repita en un lugar con "muchos profesionales del cine desaprovechados, el director de Sueño ha apostado fuerte por una película "competitiva y de calidad" que tendrá "mucha acción y persecuciones en coches, motos e incluso bicicletas, algunas de las cuales caen al río desde un puente y para lo que no se emplean especialistas porque los propios actores protagonizan las escenas peligrosas", explicó. Ortega lamentó que, una vez puesto en marcha el proyecto, algunos de los responsables que le negaron la subvención "hayan querido ahora figurar", cuando ya "es tarde para participar".
La película Sueño, producida por Noindentity , toma Sevilla como escenario de una trama que plantea una crítica sobre la corrupción política, policial y de la industria farmacéutica en torno a una enfermedad real y rara, el insomnio letal familiar. Las escenas rodadas en la ciudad hispalense se han desarrollado en un aparcamiento de camiones y autobuses junto al río Guadalquivir, con cuatro actores que participan en un tiroteo bajo un potente sol.
La corrupción que denuncia la película se produce a raíz de que a los afectados por el insomnio letal familiar, de los hay una treintena de casos en España (casi todos en el País Vasco) y un millar en el mundo, se les ofrezca una cura alternativa que no aprueban las administraciones y que implica a las farmacéuticas y a la policía.
Sueño será presentada en medio centenar de festivales para intentar captar la atención de una distribuidora y, a partir de ahí, tratar de proyectarla en las salas o venderla a un canal de televisión.
