El Madroño es el pueblo de Sevilla donde más bajó el paro el pasado año. El número de desempleados en la localidad descendió un 20%, lo que se traduce en que de 15 parados que había, tres encontraron un puesto de trabajo. El sector que acapara el mayor número de población activa es el forestal, aunque también hay una gran parte dedicada a la construcción.
Los planes provinciales de empleo y las ayudas extraordinarias solicitadas por el Ayuntamiento a las administraciones son dos de las principales causas del descenso del paro, según la alcaldesa, María Josefa Rubiano.
Un trabajo que no cesa, ya que, según explica, "se van a crear más bolsas de trabajo de distintas especialidades para dar respuesta a todos". Las cifras llenan de optimismo a Rubiano, quien se muestra "muy satisfecha" por los datos. "Estamos muy contentos, porque demuestran que la mayor parte de las personas que quieren trabajar aquí pueden hacerlo".
De hecho, en alguna ocasión, anterior a la crisis, tuvieron incluso dificultades para encontrar empleados, y recurrieron a empresas externas. "Se nos han quedado varios proyectos parados, como es el caso de la piscina municipal que lleva ocho años de retraso".
Rubiano asegura "que aún queda trabajo por hacer, tenemos 12 personas en situación de desempleo que necesitan una solución". "Seguiremos trabajando para intentar dar respuesta a las necesidades básicas del pueblo".
2010 ha comenzado con buenas noticias para José Manuel Martín. Él es uno de los afortunados que empezó a trabajar el pasado lunes en la construcción. Con 52 años y parado desde agosto, se muestra "ilusionado". "La edad es un handicap. Encontrarte sin empleo con 52 años es un problema porque es muy difícil volver a contar con un puesto de trabajo". También en 2010 ha conseguido empleo Cecilia, que se encontraba parada desde septiembre pasado. "Tengo dos hijas y mi marido también se quedó sin empleo, por lo que en este momento me siento una afortunada".
La cara amable en El Madroño la ofrece Francisco Bernal, quien con sólo 24 años puede presumir de que no le falta el trabajo. Centrado en el sector de la construcción, explica que "la crisis se nota", pero de momento no le ha afectado de lleno.
Pero, lógicamente, también hay vecinos en situación preocupante, que les lleva a abandonar el municipio. Es el caso de María José Martín, quien se vio forzada a trasladarse a Huelva para ampliar sus estudios.
Con 27 años y diplomada en Relaciones Laborales, ahora cursa la Licenciatura de Ciencias del Trabajo, ya que tras dos años sin apenas ejercer, vio que su única salida era ampliar los estudios. Aunque le gustaría enfocar su futuro laboral en el ámbito de su carrera, después de tanto tiempo, y como tantos otros parados, "ya busco trabajo de lo que sea".