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Una prevención de caballo

Veterinarios europeos exponen en Fibes los últimos avances sobre la cojera crónica, un mal que se evita con un buen cuidado pese a ser la segunda causa de muerte entre los equinos

el 06 dic 2013 / 20:27 h.

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Para evitar la cojera crónica los expertos recomiendan un cuidado exhaustivo del equino. Foto: J.M. Espino (Atese) Para evitar la cojera crónica los expertos recomiendan un cuidado exhaustivo del equino. Foto: J.M. Espino (Atese) La belleza de los pura sangre que se pasea hasta mañana en Fibes puede verse afectada por enfermedades o afecciones que, de no ser bien tratadas, acarrean la muerte del animal y, de paso, pérdidas económicas para criadores y ganaderos. Es por ello que ayer comenzaron las primeras sesiones del XIV Congreso Internacional de Medicina y Cirugía Equina que reúne en Sevilla a más de 250 veterinarios de todo el mundo dentro del XXIII Salón Internacional del Caballo de Pura Raza Española (Sicab). La cita para velar por la salud del caballo continúa hoy y aborda de una manera monográfica la laminitis o infosura, una patología “grave y bastante dolorosa” que ataca al pie del caballo provocando la conocida cojera crónica o cojera definitiva. A este respecto, el presidente del Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Veterinarios, Fidel Astudillo, señaló durante la inauguración del congreso que “la prevención y el buen manejo” conforman el mejor método para evitar “esta cojera crónica” que genera “un enorme sufrimiento” al equino y que en cinco de cada diez casos obliga a aplicar la muerte humanitaria. Uno de los ponentes del congreso, el doctor Lorenzo D’Arpe, conocido experto de la laminitis con más de diez años de experiencia en podología equina y terapia instrumental, redundó en la detención precoz y en una rápida intervención para frenar el deterioro de la infosura: “Si no se previene y no se actúa en las primeras 48 horas, el daño se hace crónico, irreversible”. Tanto es así que aprovechó su explicación para dar un listado de consejos a cuidadores y ganaderos centrados en la alimentación, el peso y la genética, teniendo en cuenta las últimas investigaciones realizadas sobre este asunto. D’Arpe, que además es miembro del departamento de Ciencias Clínicas Veterinarias de la Universidad de Padua en Italia, abogó por administrar a los pura sangre una “alimentación regular”, dividida en “al menos tres raciones durante las 24 horas, dando fibra (heno, alfalfa o paja) antes del pienso o el grano”. Otro de los cuidados preventivos que relató fue atender de una manera adecuada al animal, con “una correcta limpieza, desparasitándolo con regularidad (cólicos por estróngilos)” y con un mantenimiento asiduo de la dentadura. En este decálogo del buen manejo para disminuir la posibilidad de padecer laminitis, D’Arpe añadió también la propuesta de no sobrecargar al animal, evitando que efectúe “esfuerzos exhaustivos”. Y es que si no ha tenido un buen cuidado o no se ha detectado de manera precoz, los efectos, según citó Astudillo, no pueden ser peores: “Desprendimiento del casco, transición a un estadio crónico, o incluso la muerte del animal, ya que llega a padecer un alto grado de sufrimiento”. En este sentido, el profesor Andy Durham, también ponente del congreso y especialista en medicina interna equina, expuso el proceso de la enfermedad en una conferencia sobre el cariz inflamatorio o endocrino de la afección. Presentó la laminitis como “una patología multisistémica compleja que afecta a los aparatos digestivo, cardiovascular, hemático, renal, endocrino, músculo-esquelético, tegumentario e inmunológico”. Durham, que trabaja actualmente en el Liphook Equine Hospital de Bristol en Reino Unido, incidió en que provoca “una enorme dolencia” en el caballo, que le impide caminar y le relega a las cuadras con un “dolor cruel”. Además, subrayó que el animal llega a perder el apetito y adelgaza “de una manera extrema”, degradándose cada vez más y olvidando "toda su funcionalidad". En algunos casos, concluyó el experto, va unida a “complicaciones de tipo infeccioso”. La laminitis es la segunda causa de muerte de los caballos tras el cólico. Es por ello que, durante la primera jornada del congreso, los veterinarios coincidieron en resaltar que “está en manos del ganadero y criador evitarla”. En Andalucía se estiman pérdidas económicas de 6,4 millones de euros a consecuencia de esta enfermedad, lo que representa entre 1.600 y 10.000 euros por cada explotación ganadera. Cada año afecta al 5% de la población caballar, con un índice de mortalidad del 50% de los casos que se registran.

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