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Una primera familia inigualable

el 08 sep 2011 / 10:18 h.

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Si por algo será recordado el año 1961 dentro de la industria del cómic es por el nacimiento de una colección que estaría llamada a cambiar cuanto se había publicado hasta ese momento. Los 4 Fantásticos, un tebeo esencial protagonizado por los miembros de una familia que sufren un accidente en una nave espacial, supondría un antes y un después en Marvel y en la carrera profesional de sus autores Stan Lee y Jack Kirby, quienes estarían al frente de la cabecera durante 102 números.

Dejando bien claro desde sus primeros números que en sus páginas todo vale, Lee rebusca entre sus notas y recicla historias olvidadas en las que locos científicos maquinan planes ridículos para hacerse con el control de la Tierra o monstruos venidos del espacio exterior se convierten en una gran amenaza, que muchas veces resulta ser más terrenal que espacial (los Skrull bien podrían ser considerados los comunistas de la Guerra fría).
Los números se suceden uno tras otro y tras cinco años de publicación, la serie dará un salto de calidad coincidiendo con la llegada de Joe Sinnot como entintador de Kirby, un artista que hace que los dibujos del "Rey" fueran aún más grandes. Nunca más lucirían con la fuerza y la espectacularidad con la que brillaron tras su llegada.

Y es precisamente esta etapa la recopilada por Panini en este grueso e imprescindible volumen. Un auténtico tour de force de Ciencia-Ficción con mayúsculas por el que desfilarán personajes tan clásicos como la raza de Los Inhumanos capitaneada por Rayo Negro; la Zona Negativa, un universo paralelo al nuestro pero compuesto de antimateria y por el que deambulan seres tan peligrosos como Annihilus o la aparición del primer hombre de color con super-poderes, Pantera Negra, señor de una Wakanda, una nación africana cuyos avances tecnológicos están a años luz de los nuestros.

Pero si hay un enemigo que será recordado para siempre ese es Galactus. Con la llegada de esta entidad cósmica al título el tema de la religión también terminará formando parte de sus páginas. Si en algo se diferencia este nuevo personaje de los anteriores invasores es en que no muestra una maldad explicita. Galactus necesita engullir planetas para poder sobrevivir y es su heraldo, Silver Surfer, el que le señala y proporciona los mundos a consumir. Curioso dilema el planteado y que se soluciona en una imperecedera escena a la que estarán invitados la familia Richards al completo e incluso otra deidad como es El Vigilante.

El peso de la serie cada vez recaía más en Kirby, no sólo en su labor gráfica sino también aportando ideas a los guiones, ya que Lee se encuentra demasiado ocupado intentando coordinar todo un universo plagado de personajes. Y debido a las desavenencias por cómo debía finalizar una historia, se terminó por quebrar la relación entre los dos autores algo que provocaría que el título perdiera la frescura que había mantenido desde el principio.
El tomo publicado por Panini recupera unos números inolvidables que por fin son reproducidos en todo su esplendor, la cúspide de una serie mítica que durante tres años fue, sin duda, el mejor cómic del mundo.

Edita Panini en un libro cartoné de 488 páginas por 34,95 euros.

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