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Una proposición hipotecada

El Parlamento pedirá que la devolución de la vivienda salde la hipoteca

el 11 abr 2011 / 19:58 h.

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Una mujer pasa frente a el reclamo publicitario de un banco para hipotecas.

En el último tramo de legislatura, de una legislatura convulsa por temas ajenos a lo que decide el Congreso, ha reaparecido una propuesta legal que el PSOE-A califica de "sentido común". Extraña, por tanto, que no existiera ya o que haya tardado en debatirse.

Los socialistas andaluces presentarán esta semana en el Parlamento una proposición no de ley en la que instan al Gobierno a promover una reforma legislativa para que los ciudadanos que no pueden hacer frente al pago de la hipoteca, salden su deuda íntegra con el banco entregando la vivienda. "Es una propuesta de justicia y de sentido común. La economía inmobiliaria ha pasado de bancos amabilísimos al cierre definitivo del grifo", dice la diputada y presidenta del PSOE-A, Rosa Torres, que defenderá la iniciativa en la Cámara.

A finales de mes se constituirá en el Congreso una subcomisión para abordar este asunto. Ha sido impulsada por una iniciativa ciudadana de afectados y respaldada por CCOO, UGT y el partido independentista catalán ERC. Los socialistas andaluces se han alineado con esta demanda, pero no todos en el Gobierno la comparten. La ministra de Economía, Elena Salgado, explicó esta semana que una decisión así "pondría en peligro el sistema financiero español", y trató de zanjar el tema aclarando que el Ejecutivo no pensaba ni por asomo trabajar en esa línea. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero avaló la tesis de la ministra, pero acto seguido la desautorizó concediendo a ERC la creación de una subcomisión que estudiará ésta y otras fórmulas para flexibilizar la ley hipotecaria.

En realidad, Zapatero sólo permite fomentar el debate. Sabe que las conclusiones de la subcomisión no llegarán antes de que concluya la legislatura, dice la plataforma de afectados. Resuelva lo que resuelva el grupo de trabajo, deberá ser ya el siguiente Gobierno quien tome las decisiones. Con todo, la propuesta andaluza también pedirá agilizar el trabajo de la subcomisión o buscar vías alternativas para cambiar los tipos de interés y formas de pago.

El débil. La propuesta del PSOE andaluz también es, por tanto, un posicionamiento ideológico. Los socialistas se identifican con "las familias que además de perder su vivienda tienen que seguir pagando al banco". De paso, esgrimen un discurso que culpabiliza el apetito salvaje de las entidades bancarias por el ladrillo. "El presidente tiene que saber que, además de escuchar a la ministra Salgado, debe oír al PSOE-A, que es mayoritario en el Congreso", explica Torres.

Torres recuerda que ya hay jueces que ya evaluan situaciones en las que a una familia que no puede pagar, le han embargado el piso y además sigue debiendo cuotas al banco. Un fallo de Navarra pareció abrir la veda para que la entrega de la vivienda sirviera para saldar la deuda, pero no creó jurisprudencia. "Si los jueces se han puesto a analizar las abusivas condiciones de contrato de hipotecas de los bancos, y además valoran que no hay mala fe de los compradores por no pagar, nosotros como responsables políticos estamos obligados a buscar y plantear una solución", dice.

Andalucía tiene razones para defender una fórmula como ésta: en 2010 se disparó el número de ejecuciones judiciales de préstamos hipotecarios que gravan la vivienda por impago de cuotas: 17.193, según el Consejo General del Poder Judicial. Existe un sentido común para cada ciclo. Hace tres años, para quien compraba una vivienda era de sentido común tasarla lo más alto posible, porque así revenderla saldría más rentable (Vivienda calcula que la tasación de los pisos en Andalucía llegó al 120% de su valor real). Para los bancos también era de sentido común, porque, irreal o no, el valor de la vivienda se disparaba. Ambos confiaban en que la glotonería del mercado absorbería todo el ladrillo. Si el piso hubiera estado bien tasado, el riesgo hubiera sido menor. Pero la ley hipotecaria da más garantías al banco que al usuario: en caso de embargo, permite al banco quedarse con el piso por la mitad de su valor en subasta, mientras que el dueño, además de perderlo, debe seguir pagando el precio que se estipuló al principio, aunque fuese una sobretasación irreal.

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