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Una puerta abierta al desarrollo de aplicaciones con tecnología satélite

Andalucía puede acoger una incubadora de pymes espaciales. La industria aeronáutica está preparada para saltar más allá.

el 26 abr 2013 / 22:00 h.

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Hablemos de Europa es un ciclo de formato con intervenciones abiertas, casi informal, y en el coloquio que siguió a la ponencia del portavoz de la Agencia Espacial Europea (más conocida por sus siglas en inglés ESA), Javier Ventura, siguió un diálogo en el que representantes de la investigación puntera, de la industria y el empresariado sevillano le formularon numerosas preguntas. Los ponentes sondearon las posibilidades de Andalucía para exprimir las tecnologías vía satélite. Los participanes, durante la jornada. La más recurrente de las cuestiones en este coloquio, que organizó el jueves por la noche El Correo de Andalucía, giró en torno al desarrollo de un sector espacial en Andalucía, que de una u otra manera formularon desde diferentes puntos de vista invitados como Antonio Galán, subdirector de la agencia IDEA; o Carlos Gómez, catedrático de Ingeniería Energética (ETSI) de la Universidad de Sevilla; José Luis Calvo, presidente del Instituto Andaluz de Tecnología (IAT); o Juan Pedro Vela, director general del Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (Catec). A todos ellos Ventura, resumiendo sus intervenciones, explicó que el nicho de desarrollo en el que Andalucía y su poderosa industria aeronáutica (que apunta a volar más alto, hasta más allá de la atmósfera) puede participar en la carrera espacial europea a través de la especialización en aplicaciones relacionadas con los satélites, pero de aplicación muy relacionada con la economía local y la vida cotidiana como, por ejemplo, de cara al turismo o la agricultura de precisión. Para ello bastan pymes muy especializadas incluso de dos personas. Asimismo, para las potentes industrias aeronáuticas y aeroespaciales sevillanas que pidieron consejo para dar un salto al espacio, el portavoz de la ESA recomendó asociarse a empresas que ya tienen recorrido y prestigio en la ESA para, especializándose mucho, poder optar a pequeños concursos que con el tiempo sean mayores. De hecho, el ponente expuso que una de las maneras de desarrollar la industria aeroespacial en ciudades y regiones pasa por la creación de incubadoras de empresas, como están trabajando en Barcelona. Estas incubadoras pueden tener incluso varias localizaciones, como es el caso de las seis ciudades conectadas que trabajan en uno de estos proyectos en Francia. Ventura vio a Andalucía un lugar idóneo para especializarse a partir de estas incubadoras en proyectos aplicados al campo o al medio ambiente e incluso el turismo. Además, el negocio aeroespacial no tiene por qué ser el principal o el rentable de una empresa: el factor de transferencia tecnológica y, sobre todo, prestigio –un factor que destacó el gerente de Aerópolis, Joaquín Rodríguez–, facilitan que firmas que facturan el grueso de su negocio en Defensa o el sector aéreo “saquen pecho” con pequeños proyectos aéreos que, si la comunicación es eficaz, los pueden colocar como abanderados del propio país y su esfuerzo colectivo. En este sentido David Núñez, director general de Sevilla Alter Technology Group, preguntó por la conveniencia de desarrollar nanosatélites desde la capital hispalense. Con el horizonte puesto en una capacidad de multiplicar la inversión (ya en la ponencia y luego, casi machaconamente en el debate, el portavoz de la ESA expuso que al menos cada euro invertido en el espacio genera cuatro en 12 meses), muchos de los contertulios también se interesaron por el retorno de esa inversión y las limitaciones para participar. España está preparada para esta aventura espacial no sólo porque fuera fundadora de la ESA en 1975, sino, recordó su portavoz, porque las empresas españolas “ganan concursos y son competitivas”. Así, entre los grandes hitos españoles destaca la antena del vehículo marciano Curiosity, como se recordó en el coloquio. Y es que en la industria espacial “no se admiten chapuzas y quien sale después a otro sector lo hace con el rigor adquirido”. Y eso sí que mejora la marca España.

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