Los 175 kilos de cocaína llegados desde Paraguay ocultos en tablas de madera les hubieran permitido preparar más de dos millones de dosis de la droga, una vez adulterada y repartida en paquetitos en un negocio de Sevilla Este que tenía dos caras: el restaurante Los Arroces de Sevilla se convertía en el laboratorio en el que una banda internacional preparaba y distribuía droga. Lo usaban también para blanquear el dinero, según una investigación de la Guardia Civil que se saldó el viernes con la detención de nueve personas, máximos responsables de la red en España y en Sudamérica. Los nueve detenidos han sido enviados a prisión por orden del juzgado de Instrucción 18 de Sevilla. La llamaron Operación Calentito por el calentón que sufrió un coche de la guardia civil al inicio de la operación.
Entre los detenidos está P.C.P., sevillano y dueño de la arrocería, que este pasado fin de semana iba a abrir una cervecería cerca, y que es propietario de otros negocios; se le considera el cabecilla local de la red. También se ha arrestado a C.S.S., prestigioso ginecólogo experto en cirugía fetal, uruguayo aunque afincado en Venezuela, y que ha sido ponente en innumerables congresos internacionales ya que son muy pocos los que practican su especialidad; según la investigación, se hizo cargo del envío de droga ayudado por un sobrino suyo, también médico.
La investigación, que ha durado un año, supone la incautación de uno de los mayores alijos de cocaína interceptados en Sevilla, aunque hay un precedente cercano: la Operación Ruedo, realizada en enero, con 220 kilos de cocaína y 16 detenidos, incluidos un torero y un famoso novillero.
Esta vez, la Guardia Civil comenzó a vigilar al dueño del restaurante, que ya había sido detenido antes, al tener noticias de que su negocio era usado como tapadera. Aguardó un año hasta que, "fruto de una laboriosa operación", según una nota enviada ayer, supo que llegaría al Puerto de Algeciras un contenedor con cocaína de Paraguay. También detectó a cuatro sudamericanos que iban a controlar el envío. La carga llegó en barco y fue transportada en camión a una nave industrial en Alcalá de Guadaíra, vigilada discretamente durante todo el viaje por agentes del Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) y de la Unidad de Seguridad Ciudadana.
La red tenía a gente vigilando alrededor, pero al verlos descargar se iniciaron los arrestos y se entró en la nave, el restaurante de Sevilla Este, la casa del dueño en el Polígono Sur, dos viviendas más, una en la Carretera de Carmona, y una habitación de hotel.
En el contenedor había palés con maderas para instalar suelos de tarima. Estaban pegadas de dos en dos y en medio había paquetitos de droga: 174,5 kilos. Al día siguiente se registró otra vivienda en Osuna, alquilada por uno de los sudamericanos para llevar parte de la droga. En los cinco registros se incautaron la cocaína, cinco coches, una moto, 12.500 euros, 7.500 pesos argentinos y 500 dólares. Se detuvo al cabecilla italoargentino y sus dos hombres de confianza; al encargado en Sevilla y sus dos compinches; y al ginecólogo y sus dos ayudantes, encargados del envío.
Siete millones de euros. Los 175 kilos de cocaína pueden llegar a suponer hasta siete millones de euros en el mercado negro una vez cortada -preparada para el consumo degradándola con otras sustancias-, aunque siempre depende del grado de pureza y de cuánto se mezcle antes de venderla.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, felicitó ayer "una vez más" a la Guardia Civil y al equipo contra la Delincuencia Organizada de Sevilla por este "brillante y grandísimo servicio que ha quitado del mercado 2,1 millones de dosis de cocaína, con la gran importancia que eso supone para la prevención del delito y para la salud de las personas".
