Local

Una revancha mínima en forma de miradas

Los padres de Marta pudieron sentarse en la sala para seguir el juicio tras declarar como testigos.

el 24 oct 2011 / 20:14 h.

TAGS:

La madre de Marta se gira para mirar a Miguel después de concluir su declaración ante el tribunal.

Los padres de Marta dijeron muchas veces que estaban deseando que llegara el juicio para ver las caras de los asesinos de su hija. Sin embargo, la madre de la chiquilla evitó ayer mirar al banquillo de los acusados cuando pasó por su lado hacia la silla en la que debía declarar como testigo. Puede que a la vuelta también intentara no hacerlo, pero en el último momento le pudieron las ganas: se giró y los miró. A esa altura sólo ya podía verle la cara a Miguel Carcaño, el autor confeso de la muerte de su hija, que no le devolvió la mirada.

El padre de Marta, en cambio, los miró a todos fijamente las dos veces. Si en la sesión de ayer contó que cuando vio a su hija con Miguel a las puertas de su casa, pocas horas antes de su muerte, "le echó a Miguel una mirada con la que él tuvo que entenderlo todo", la de ayer no sería menos: el hombre clavó sus ojos en todos ellos, recorriendo el banquillo con la vista adelante y atrás y de lado a lado. A la salida dijo que sólo María García le había sostenido la mirada. Al marcharse no pudo repetirlo, porque los dos funcionarios que le solicitaron el DNI para presentarlo al tribunal -un trámite habitual para identificar a los testigos- se colocaron entre el banquillo y él para devolvérselo, tapándole la vista del banquillo. Y daba la impresión de que lo habían hecho a conciencia.

Después del mal trago, los padres de Marta pudieron por fin sentarse entre el público a seguir el juicio. Aunque el padre ha acudido a diario -la madre sólo tuvo fuerzas el primer día-, al ser testigos les estaba vetado entrar hasta que declararan para no contaminar su relato con lo que escucharan en la sala. Por eso no pudieron oír la declaración de los cuatro acusados. Ayer, en cambio, sí pudieron presenciar el careo entre Miguel y Samuel que a primera hora solicitó su abogado.

A Miguel esta petición no le gustó nada: desde que se planteó el careo, comenzó a hacer gestos para llamar la atención de su abogada, que a su vez le respondía moviendo las manos con calma, como intentando tranquilizarlo.

El abogado de la familia también presentó una queja más: después de que el viernes la Audiencia confirmara la condena de tres años para El Cuco por encubrimiento, pena que la familia considera exigua, su letrado mostró su queja por que ese veredicto pueda influir en este caso.

  • 1