Una iniciativa que arrancó cargada de buenas intenciones y que ha acabado siete años después ahogada por las pérdidas y manchada por un goteo de denuncias de irregularidades que han acabado en los tribunales. La judicialización de la Fundación para la Formación, Innovación y Cooperación de Sevilla (DeSevilla), que nació con el proyecto estrella de enseñar a leer y a escribir a los 35.000 analfabetos de los núcleos marginales de la ciudad, ha llegado esta semana de la mano del mismo que prometió disolver esta entidad, Juan Ignacio Zoido, que desde 2009 ha liderado una campaña de denuncias contra su gestión al considerar que no era económicamente viable y, además, había perdido su fin social.
Zoido ya mostró sus intenciones en 2010, cuando era el líder de la oposición y no vacilaba a la hora de comprometerse de que la primera medida que adoptaría al asumir la Alcaldía sería la liquidación de la Fundación DeSevilla. Es más, fue llegar al gobierno local y anunciar el cierre, con el aval de Intervención, en vez de seguir el camino iniciado por el anterior gobierno meses atrás, que pasaba por sanear unas cuentas con un desequilibrio de un millón y medio de euros, a través de una serie de modificaciones presupuestarias. "No está en nuestras prioridades", señaló en septiembre el portavoz del actual gobierno municipal, Curro Pérez.
Dicho y hecho. Tan sólo un mes después y el patronato de la fundación anunció el inicio de su proceso de liquidación tras tildar de "insostenibles" unas cuentas que incluso llevaron a la entidad a recibir una orden de desahucio de su local de la calle San Miguel. Incluso ese informe recomendaba el inicio de acciones legales contra los anteriores gestores, sin personalizar en nombre, pero señalando en especial a IU, que ha sido el responsable directo de su gestión desde mayo de 2007.
Esa decisión se adoptó el 20 de octubre de 2011 y sólo hubo un amago de acudir al fiscal por parte del Ayuntamiento. Sin embargo, la denuncia se ha interpuesto un año y un mes después, sin aportar más detalles que los obtenidos a través de este informe y otros anteriores de los que partió el PP para iniciar su campaña de oposición. Y es que es bueno recordar que las dudas sobre la gestión de la Fundación DeSevilla por parte del PP se remontan a 2009, cuando comenzó un goteo de denuncias in voce, como la adjudicación de proyectos y subvenciones con destino a Cuba o el aumento de las contrataciones -los populares cifraban en un 240%-, que hizo que la edil del PP Evelia Rincón definiera a la fundación como "una agencia de colocación" de IU
Esta maraña de denuncias diluye proyectos como Yo aprendo, que lideró la fundación con el cometido de acabar con la analfabetización en Sevilla. De hecho, se ha difuminado la raíz de DeSevilla, que se pensó como una organización no lucrativa para la formación de los trabajadores y trabajadoras de las empresas municipales de Sevilla, el desarrollo cultural de los sectores más desfavorecidos y la cooperación internacional. Precisamente, este último punto es el que, pese a estar cargado de solidaridad, ha recibido más críticas por parte de los populares, al reprochar que el destino sea a lugares "ideológicamente afines a IU", como pueden ser el desarrollo de proyectos en Cuba, Colombia, Nicaragua, el Sáhara Occidental -en la ciudad de Tifariti- o Palestina.