Por Javier Compás Detrás de la misma Campana está, en una esquinita muy apropiada, este antiguo local que, probablemente, fue despacho de vinos al menos desde 1919, aunque la primera licencia como bar de la que se tiene constancia escrita data de 1952, cuando Juan Casas abrió la Taberna La Goleta, y en su familia ha permanecido hasta ahora.
El nuevo propietario lo tienen ustedes en la trabajadera de la barra, de costal entiende un rato, Cateca es su apodo debajo del paso de la Macarena, allí en el barrio también fue Hermano Mayor del Rocío, en cuanto al tema de barra, también en la familia se entiende algo, su hermano lleva la Fresquita a pasO de muda en Mateos Gago.
Manolo ha iniciado la aventura con buen pie, la tasca, como debe de ser, es más larga que ancha, tiene portones a ambos lados, grandísimo ventanal, antigua barra de madera y azulejos vidriados de Triana, pero es que además, se ha recuperado un techo de vigas de madera que estaba oculto tras uno de escayola y se han renovado las barricas que adornan la pared de la barra. Hasta el urinario se conserva, aunque ya no con esas exiguas puertas, cuando no entraban mujeres en las tabernas, que permitían ver al inquilino que estaba aliviando la vejiga, del sitio también ha desaparecido la chapa de Higiene Rivero, que tantos años indicaba el sitio, en la cercana calle del mismo nombre, donde se expendían preservativos (con Franco en El Pardo). Con buen criterio se ha renovado también el suelo hidráulico del piso.
Gratis para elegir aceitunas, cacahuetes o chochos, todo proveniente de sendos lustrosos lebrillos de barro. De tapas hay variedad de montaditos, pringá, chorizo picante, mechada, salmón, gambas y otros. Se trabaja también el jamón y la chacina ibérica, diversas clases de huevas y mojama y quesos. Unos espectaculares mejillones, tres piezas por lata, melva y caballa.
De vez en cuando se puede encontrar uno con un cuchareo del día. Probamos cuatro tapas frías y no nos arrepentimos, para empezar una Ensaladilla de gambas de factura clásica, patatas y zanahorias machacaditas, gambas de verdad todo envuelto en una suave mayonesa, para empujar picos y regañás de La Luisiana.
Seguimos con unas originales y muy ricas Papas aliñás con boquerones en vinagre, las papas nos trajeron un sabor de toda la vida que se mezclan muy bien con unos carnosos boquerones, todo con su punto potente necesario.
En taquitos pequeños llegó un platito de Atún encebollado, ricos también pero quizás demasiado suaves, un poquito de gracia remataría una buena tapa. Nos comentó Manolo la peculiaridad de sus Chicharrones, y es verdad, tienen la apariencia y textura de los que llaman de Cádiz pero están aliñados a la sevillana, lo que los hace diferentes a los que hay en otros sitios, son carnosos y con ese sabor típico del chicharrón nuestro, una gozada.
La Cruzcampo se tira en vaso de sidra mediado, bien.
Hay varios vinos y todos se copean, Viñafiel Crianza, Beronia, Arnegui, el andaluz Barbazul, que se conservan climatizados para su óptimo servicio.
Pero lo que de verdad nos dio alegría fue ver las etiquetas de jereces que se trabajan, hay fino Tío Pepe, amontillado Botaina, palos cortados de Lustau y el Leonor de González Byass, olorosos Alfonso y Río Viejo, magnífica selección.
Pues más grande es aún la selección de aguardientes, casi veinte, de Carmona, de la Sierra Norte de Sevilla, de la Sierra de Huelva, marcas como Martes Santo, Los Hermanos, La Hormiga, El Clavel y muchos otros para nuestro mejor digestivo.
Destacan también varios brandis de Jerez en la trasera de la barra, todo un merito y un alarde de buen criterío. También hay trago largo para los globalizados.
LA FICHA
- Propietarios: Manuel Rodriguez Navarro.
- Dirección: C/ Santa María de Gracia, 11 (Centro). 41002 Sevilla
- Horario: De 09:30 a 16:30 y de 19:30 a 23:30.
- Tapas: 2,00 2,50 euros
- Caña: 1,00 euro
- Tinto de verano: 1,20 euros
- Vinos: 1,00 a 1,75 euros
