"Sabemos que los niños andaluces son prácticamente analfabetos". La frase la pronunció el pasado viernes la número tres del PP por Madrid al Congreso, Ana Mato. Su afirmación ha provocado una oleada de reacciones. Se basaba en el informe PISA que situaba a Andalucía a la cola de las comunidades autonómas analizadas. Pero no en los datos oficiales sobre analfabetismo. La Junta reconoce un porcentaje de alrededor de un 7%, aunque hay estudios privados -como el difundido por la Fundación La Caixa- que aluden a un 20%. En cualquier caso, todos los informes coinciden en dos extremos: que la tasa de mayores de 16 años sin escolarizar ha descendido en los últimos años y en que es una de la más alta del país.
Pero las palabras de Mato fueron más allá. No se limitaron a cuestionar el sistema. Sus declaraciones fueron criticadas ayer por la Confederación Andaluza de Asociaciones de Padres por la Enseñanza Pública (Codapa) a través de su presidenta, Pilar Triguero: "Es inaceptable que tenga la desfachatez de menospreciar el sistema educativo. Antes de hablar de forma denigrante, debería tener en cuenta que Andalucía ha experimentado un avance educativo en las últimas décadas".
En clave política, fueron varias las reacciones. Desde Córdoba, el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fue rotundo: "La analfabeta será Ana Mato, que se descalifica a sí misma". El cabeza de lista por Sevilla, José Antonio Viera, subrayó que a los populares le había "vuelto a salir el ramalazo de extrema derecha". Y en la polémica entró también el candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero: "Piensan que sólo ellos saben leer y escribir, que sólo tienen educación aquellos que van a los colegios ricos, de pago, y no es verdad. Deben respetar a los niños y enseñantes de este país".
