"Le doy un rodeo para no encontrármela. Está trastornada. Si no la sacan de aquí, ocurrirá una desgracia". Son las palabras de temor de los residentes del bloque de las 92 viviendas de Los Bermejales que, al igual que la familia de María Luisa Reina, sufren el acoso de una vecina que "desde que llegó arremetió contra nosotros, como una persona que tiene una adicción".
Viven con el miedo metido en el cuerpo y ni siquiera se atreven a hacer declaraciones a los periodistas. Aseguran temer que ella -presunta agresora de unos 50 años que responde a las iniciales C. A.- les vea y, entonces, tome represalia con ellos, o, peor aún con sus hijos. "Es muy conflictiva. No quiero saber nada de ella. Esto era un bloque tranquilo hasta que llegó hace ocho años. Las peleas, agresiones, insultos, palos y patadas a los que vivimos aquí son una constante", recalcaban un grupo de residentes del número 19 de la avenida de Grecia, en Los Bermejales.
Sus denuncias se suman a la de la familia de María Luisa Reina, vecina del bloque que ya ha pedido auxilio a la Junta tras verse obligada a abandonar su piso ante el acoso que sufría. "No es jutos que esta familia haya tenido que marcharse. La tenía cogida con ellos, sobre todo con el marido de María Luisa. Son gente humilde y trabajadora. No se meten con nadie", confiesan. El hartazgo es tal que hasta han llegado a recoger firmas para echarla.
La presunta agresora vive con sus hijos y un yerno, que, en palabras de los vecinos, "también participan de las agresiones". "Lo peor es que lo hace todo en plena calle, ante los niños y sin que nadie le rechiste. Nadie le planta cara ni la Justicia, de la que estamos muy decepcionados". Afirman que "alardea" de ganar los pleitos que "ella misma monta". "Nos ha tocado, pero no lo entendemos. Ya tuvo que salir escoltada de su anterior residencia en Los Pajaritos por lo mismo", comentan.
A huevazos con ella. Ante esta situación de "acoso y derribo" y la "pasividad" de las fuerzas de seguridad, algunos vecinos confiesan que han llegado a tomarse la justicia por su mano tirando huevos ante su ventana. "Es la única forma de desahogo que tenemos". El caso es similar al de R.V.S., vecina de San Jerónimo, que también es víctima de las agresiones de una familia vecina.
