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Una víctima de malos tratos admite haber mandado a la cárcel cartas de amor a su agresor

Tras ser ingresado en prisión, ella le envió varias cartas en la que le decía repetidamente "te quiero" y se preocupaba por su estado de salud. 

el 25 nov 2009 / 14:58 h.

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Una mujer boliviana que denunció a su pareja sentimental por  haberla amenazado de muerte y por agredirla física y sexualmente,  admitió hoy durante la celebración del juicio en la Audiencia  Provincial de Sevilla que, tras ser ingresado en prisión, ella le  envió varias cartas --la última el pasado verano-- en la que le decía  repetidamente "te quiero" y se preocupaba por su estado de salud.  

Según informaron a Europa Press fuentes judiciales, la presunta  víctima se retiró antes del inicio de la vista oral como acusación  particular, lo que no impidió que aceptara declarar y asegurara que,  mientras él estaba en prisión, le mandó algunas cartas debido a que  tenía "un gran sentimiento de responsabilidad y de culpa" por el  hecho de que su ex pareja y presunto agresor se encontrara en la  cárcel.  

Durante la celebración del juicio en la Sección Cuarta de la  Audiencia Provincial, esta mujer boliviana aseguró que, actualmente,  no mantiene ningún tipo de relación con el acusado, A.V.S., y señaló  que, aunque al principio la relación "iba bien", tres o cuatro meses  después de haber iniciado la convivencia en común "todo empezó a ir  mal", pero "no corté la relación porque tenía miedo".  

En su declaración, la presunta víctima aseguró que su entonces  pareja sentimental "le ha abofeteado y amenazado de muerte" durante  su convivencia en común, aunque, sobre la violación denunciada  --según la cual el encartado la habría amenazado con un cuchillo para  mantener relaciones sexuales--, dijo que "no la recordaba bien,  porque íbamos bebidos". "No me maltrató habitualmente, sino que tenía  altibajos", señaló.  

Por su parte, el acusado negó todos los hechos que se le imputan y  aseguró tener pruebas "para demostrar que todo es mentira", tras lo  que entregó a su abogada las cartas recibidas en prisión, y aseveró,  "aunque la quiero", la presunta víctima "necesita un psiquiatra, pues  tiene unos celos horrorosos". Sobre la presunta violación, la negó y  señaló que "ese día no llevaba un cuchillo, ni siquiera un  cortauñas".  

"HIZO DE SU VIDA UN INFIERNO"

Por su parte, una médico forense perteneciente a la Unidad de  Valoración de Violencia de Género de Sevilla señaló, en declaraciones  a Europa Press Televisión, que la supuestamente agredida "es una  mujer totalmente abatida, y aunque al principio consideraba al  agresor una persona amable y atenta, éste se volvió agresivo y poco a  poco fue minando su fuerza". "La vigilaba, la controlaba y, así, la  fue anulando y haciendo de su vida un infierno", indicó.  

De igual modo, opinó que "no es raro que la víctima vuelva con el  agresor y piense que este es el único apoyo en el que puede estar  sustentada", añadiendo que "hay muchos casos en los que la persona  pierde totalmente su autoestima y piensa que, sin esa persona, no  puede seguir adelante", algo que "no sólo se produce en personas de  bajo nivel o inmigrantes, sino también entre personas de elevado  estatus social".  

Según relata el Ministerio Público en su escrito de acusación  provisional, consultado por Europa Press, el procesado mantuvo una  relación sentimental desde enero de 2007 con la víctima, pero "de  forma continuada y reiterada la ha venido vejando, conminándola con  causarle algún mal, e incluso ha llegado a golpearla en numerosas  ocasiones".  

LOS HECHOS

Así, precisa que, en fecha no determinada pero entre mediados de  los meses de abril y mayo de 2007 y en el interior del domicilio  común, el acusado se dirigió a su pareja y la abofeteó en la cara,  mientras que a mediados de julio de 2007, y tras volver a golpearla,  le dijo que "si no retiraba la denuncia la mataría a ella y a su  hermana".  

De igual modo, indica que a finales de 2007 se marcharon a  Tarragona y el encartado le dijo presuntamente "te voy a matar", y en  enero de 2008 "la cogió intencionadamente de los brazos y la lanzó  sobre el suelo de la acera, golpeando la cabeza con el suelo".  Además, en marzo de 2008 y en un descampado de Pino Montano, el  procesado, "con ánimo de satisfacer su instinto libidinoso y portando  un cuchillo, agarró fuertemente del cuello a la víctima y la obligó a  mantener relaciones sexuales".  

Asimismo, en mayo de 2008 le dijo a la víctima que "era una perra  y que la iba a educar a palos", a la vez que la golpeó en la cabeza  con una cacerola, mientras que en julio de 2008 incumplió una orden  de alejamiento dictada con fecha de junio del mismo año y le dijo  "que iba a correr sangre, y que acabaría con ella y su familia".  

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