Cofradías

Una víspera roja para una mañana blanca

El España-Chile y los preparativos del nuevo rey marcan una fluida tarde de altares y exornos para la procesión del Corpus de hoy.

el 19 jun 2014 / 00:25 h.

La hermandad de la Sed dedicó el altar eucarístico al aniversario del Concilio Vaticano II con retratos de los papas que participaron y el lema mariológico de ‘María, Madre de la Iglesia’. / Fotos: Carlos Hernández La hermandad de la Sed dedicó el altar eucarístico al aniversario del Concilio Vaticano II con retratos de los papas que participaron y el lema mariológico de ‘María, Madre de la Iglesia’. / Fotos: Carlos Hernández (FOTOGALERÍA) Sin calor y sin aglomeraciones agobiantes. La víspera festiva del Corpus en Sevilla se desarrolló ayer a un ritmo más pausado al de estos últimos años. El decisivo España-Chile del Mundial (21.00 horas) hizo que muchos adelantaran a primera hora de la tarde o bien retrasaran a la medianoche el paseo por el Centro para disfrutar de los altares y exornos que se iban colocando a vista de todos para la procesión del Corpus de esta mañana. No se recuerda una víspera tan fluida y con la calma suficiente como para recrearse hasta en las flores de los pasos del cortejo, expuestos en la Catedral desde las 19.30 horas. «¿Qué son esas especies de rosas que lleva San Leandro? Lisianthus, señora», le respondieron entablando una reposada conversación mientras otros cogían el folleto de la restauración del retablo del altar mayor para buscar asiento junto a la custodia de Arfe y disfrutar de una lección de música de la mano de José Enrique Arraya. «Comenzaremos con un solemne Preludio de Juan Sebastian Bach...», expuso el canónigo organista titular de la Catedral. Pero antes hubo tiempo para asomarse a la sacristía mayor y localizar los enseres litúrgicos de San Juan Pablo II, la novedad de este año. Eran dos casullas usadas en sus visitas a Sevilla para la beatificación de Sor Ángela (1982) y la clausura del Congreso Eucarístico (1993), y una custodia. La banda Municipal ofreció el tradicional concierto en la plaza de San Francisco. La banda Municipal ofreció el tradicional concierto en la plaza de San Francisco. Fuera de la Catedral, el principal reclamo ondeaba en lo más alto de la Giralda. La Turris Fortissima se vestía de banderolas y banderas para la proclamación de Felipe VI. La estética acaparó los fases, y las primeras concentraciones de la tarde, por encima de los altares. «Está para un olé», apuntó Luis, vecino del Cerro que iba a tomar el autobús a casa para pasar «del rojo eucarístico a la Roja futbolera», sentenciaba. El cuarteto de música dispuesto en la Avenida experimentó en sus carnes lo que debieron sentir los músicos de Titanic. Sus notas apenas tenían receptores. Y eso que había quien se adentraba en la parroquia del Sagrario para escuchar la exaltación y otros, los más numerosos, que envueltos en banderas de España se dirigían a insuflar la remontada desde las Setas.Más arropado estaba el concierto de la Banda Municipal en la plaza de San Francisco. Allí todo estaba dispuesto en la fachada del Ayuntamiento para la llegada de la Hiniesta Gloriosa, en camino desde San Julián. De todos los exornos dispuestos en el recorrido, sorprendió el imponente altar –tipo retablo catedralicio– levantado en el Mercantil por la Escuela de Cristo (primer premio). Hubo que esperar a la calle Cuna para ver los primeros balcones engalanados. El de Galerías Madrid combinaba todas las fiestas:colgaduras con la eucaristía y banderas de España, «ya sea para animar a la Selección –que a esa hora iba perdiendo 2-0– y, además, para la proclamación del nuevo rey», decía una de las empleadas. La siguiente parada llevaba a la iglesia de la Paz de San Juan de Dios, en la plaza del Salvador. Allí, aún estaban terminando el altar los hermanos de las Siete Palabras mientras la Virgen del Voto de Pasión asomaba a la puerta de la colegial entre bordados antiguos. Y de lo tradicional a lo más reciente. Por primera vez una asociación cultural cofrade, pirata que dirían algunos, llevaba su imagen procesional –Jesús del Consuelo– a la víspera del Corpus en plena calle Villegas. «El altar lo han montado los chavales con mucha ilusión», explicaba una de las colaboradoras mientras otro añadía que «salen por el barrio el Sábado de Pasión». La hermandad del Amor volvió a centrar su tributo al Santísimo entorno a la Virgen de las Aguas, girada hacia la calle y visible desde la ventana. Como novedad, la Archicofradía dispuso ramos de espigas por dos euros para sufragar obras asistenciales «en esta fiesta de la caridad y el amor fraterno». La agradable temperatura y la humillación de España ante Chile invitó a muchos a echarse a la calle al final de la noche. Las últimas paradas: en Francos y Argote de Molina. En la primera, el escaparate de Velasco recordaba que había sido el Año Macareno con una imagen de la Esperanza. En la segunda, la Sed celebraba los 50 años del Concilio Vaticano II, con retratos de los papas Pablo VI y Juan XXIII y el lema de «María, Madre de la Iglesia», título que ostenta la dolorosa de Nervión. La víspera roja da paso a una mañana blanca con la procesión del Corpus (8.30 horas) y los posteriores regresos del Señor de la Cena a Los Terceros, tras recogerse la Custodia; y de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, a las 20 horas desde el altar de la plaza de San Francisco.

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