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Unai encaja las piezas en el tablero

El técnico descubre el líder que el equipo necesitaba en el centro del campo; la personalidad de Krychowiak y el descaro de Denis ayudan a que la transición sea menos complicada

el 04 ago 2014 / 21:43 h.

emerymilan Unai Emery sigue pensando cuál es la forma idónea de jugar contra el Madrid La cuenta atrás es inexorable. El día 12, cada hora que pasa, está más cerca. Faltan 8 días para que el balón comience a rodar en el césped del estadio de Cardiff. La final de la Supercopa, como cualquier encuentro de este nivel e importancia, no permite errores. Unai Emery, durante la segunda parte de la pretemporada, ha ido observando la evolución de sus jugadores. Poco a poco va perfilando el equipo que presentará en Gales. Como buen jugador de ajedrez, no le pierde ojo a su adversario, el Real Madrid, aunque lo esencial es saber qué piezas utilizará en el campo. Cómo moverá a sus jugadores para hacerle daño a un conjunto blanco con pocas fisuras y con multitud de figuras nuevas que tratarán de agradar en su primer partido grande. Los refuerzos del conjunto nervionense se han centrado en la parte del centro del campo. La salida de hombres importantes sen esta línea obligó a la dirección deportiva a centrarse en jugadores de la parcela ancha del terreno de juego. Por ahora, y a la espera de que Monchi traiga esa joya de la corona para coronar la lista de traspasos sevillistas, hay dos hombres que han deslumbrado por encima del resto. El primero ha sido Krychowiak. Si el director deportivo no ocultó sus preferencias por el polaco y peleó el fichaje frente a un club reticente a la venta era por algo. Conocía lo que el polaco le podía ofrecer al equipo de Emery. Un enorme despliegue físico, apoyo a los centrales, salida de balón y presencia en las dos áreas. Todo eso aporta el mediocentro europeo. Tanto es así que Unai Emery no ha dudado en colocarlo como titular en todos los partidos de pretemporada en los que ha podido contar con Krychowiak. La salida de Mbia ha dejado la parcela del centro del campo, en el aspecto de potencia física, algo desguarnecida. Es cierto que ahí tiene a Iborra, jugador con el que puede contar para realizar la labor de segundo centrocampista con más llegada. Lo bueno de Krychowiak es que tiene tanto la capacidad de jugar de ancla como unos metros más adelantado. Es la versatilidad que tanto valoran en los futbolistas tanto Monchi como Emery. El otro futbolista que puede actuar como medio de cierre, o complemento de uno de los centrocampistas con cariz más defensivo, es el también versátil Daniel Carriço. El portugués es el perfecto comodín. Unai lo sabe y por eso no pide otro centrocampista defensivo u otro defensa central. En una temporada se ha dado cuenta que Carriço es válido para las dos posiciones, por lo que así se ahorra una ficha. Va bien a la presión y tapa los agujeros que la inercia ofensiva del equipo va dejando. Esta temporada, en principio, se seguirá viendo al luso como centrocampista, y por lo que se le ha podido ver a Emery en la pretemporada, acompañado de Krychowiak. Y si importante fue la salida del jugador camerunés, al menos por su aportación en el tramo final de la temporada, no menos trascendente es el recambio que el club busca para Rakitic. Desde el Sevilla no se deja de puntualizar que no necesitan otro croata. De hecho, Emery movió a Rakitic del doble pivote a la mediapunta según le conviniese al equipo, pero sin un lugar asignado. El vasco es más partidario de tener dos hombres con peso en el medio. Que salgan fuertes a la pelea y tengan capacidad de recuperación y presión. Uno de los secretos es rescatar el balón en tres cuartos de campo. A partir de ahí, y con la velocidad de los hombres de arriba, el conjunto de Nervión lanza sus envenenadas contras. Algunos de los fichajes de este año (Aleix Vidal e Iago Aspas) encajan a la perfección en este modo de ver el juego. Sin embargo, el juego del conjunto blanco no sólo se va a centrar en lanzar contras. Quizás contra el Real Madrid no tengan opción de jugar con otro sello, pero la verdad es que al Sevilla del año pasado se le pudo ver practicando diferentes estilos de juego. No es Unai un preparador que penalice el juego combinativo. Otra cosa es que tenga hombres para practicarlo. Partidos como el 3-0 del mes de enero ante el Getafe, por colocar un ejemplo, demuestran que esta plantilla está capacitada para realizar ese juego. Y para este estilo de fútbol hay un hombre que destaca por encima del resto. La irrupción de Denis Suárez en el encuentro con el Fenerbahçe dejó muy claro que el técnico cuenta con un as en la manga. Un futbolista de esos diferentes. Lejos de Rakitic por lo que ha conseguido uno y otro, aunque con ciertas similitudes en su forma de entender este deporte: sabe jugar en corto y en largo; siempre busca el pase al compañero que se está desmarcando; y piensa un segundo antes que el resto. Todo esto contribuye a que su entrenador se piense muy seriamente cómo alinear el tablero el día 12.

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