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Unai halla el hábitat de Banega

El argentino atraviesa su mejor momento físico y de fútbol desde que aterrizara en Nervión. Emery ha hallado su rol dentro del campo y el equipo ahora funciona como un reloj. Y va a más.

el 03 mar 2015 / 11:10 h.

banega Banega conduce la pelota ante la presión del jugador del Atlético de Madrid Griezmann. / Foto: Manuel Gómez La piedra angular del proyecto deportivo del Sevilla en cuanto a fichajes de futbolistas el pasado verano pasaba por la figura del sustituto de Ivan Rakitic. Evidentemente no se podía encontrar un clon del jugador croata, menos al precio que están dispuestos a desembolsar en Nervión. Y ahí surgió la opción de Éver Banega. Al argentino le ha costado adaptarse. Muchos crucificaron a Monchi y Emery por la llegada de un jugador que no ha salido bien de casi ningún club en los que estuvo, pero con una calidad de sobra demostrada para destacar si encontrase su hábitat. Y lo ha hecho. En este 2015 ha demostrado un nivel notable. Y en la última semana ha subido hasta el sobresaliente. Es el momento de Éver. Su fútbol ha llegado. De esto no hay dudas. Toda la vital eliminatoria europea frente al Borussia Mönchengladbach, unido a los partidos en Anoeta y el del domingo ante el Atlético, son buena prueba del paso al frente del mediocentro. Un jugador que sin velocidad ni mucho físico se hizo el dueño y señor del centro del campo, poblado de futbolistas con rayas rojas y blancas. Daba igual. El balón siempre iba a parar a sus botas, desplegando un juego veloz por banda y llevando la velocidad de juego que más le interesaba en cada momento al Sevilla. Para esto se le contrató y por fin comienza a demostrar lo que director deportivo y entrenador entendían que podía ofrecer. Unai Emery pulsó la tecla exacta para dar el equilibrio necesario a su centro del campo. Algo similar a lo que le ocurrió con el mismísimo Rakitic el pasado año. El vasco se empeñaba en Rakitic mediocentro de partida, alejándolo de la portería rival y obligándole a hacer kilómetros sin descanso. Al final se tuvo que convencer de que dos mediocentros físicos con el croata por delante. Intentó hacer que Banega fuese ese enlace entre el centro del campo y la mediapunta. No le convencía del todo. Banega no da las prestaciones defensivas de otros compañeros. Y la posición de Denis por detrás del delantero dio rendimiento en el primer tercio de temporada. Tampoco se podía tocar la pareja Krychowiak-Mbia, con el camerunés desatado en la faceta anotadora. Sin embargo, con el paso del tiempo y la llegada de las lesiones, Banega se fue haciendo un hueco. Poco a poco cogió protagonismo desde la mediapunta, aunque su falta de velocidad lo hacían un rémora en los últimos metros más que una solución. Con la llegada del 2015, Emery tuvo que apostar por Vicente Iborra como titular. No tenía más alternativas. Y sonó la flauta. Valenciano y rosarino se entienden a la perfección en el campo y su intercambio de posiciones ha sido como el descubrimiento de la pólvora para el equipo. Todas las piezas encajan en el puzle. Y el Sevilla va demostrando el potencial que atesora ante adversarios de la talla del Atlético. No fue ninguna sorpresa el baño sevillista al actual campeón de Liga. El Sevilla se ha hecho fuerte por dentro, con una presión asfixiante y una rápida salida de pelota. En esto segundo, Banega es la pieza fundamental. Con un jugador lento como el argentino el conjunto nervionense cabalga sobre el terreno de juego. Parece un contrasentido, pero el fútbol es de los rápidos de mente, no sólo con las piernas. Banega no inició la temporada con la vitola de titular. Tenía que ganárselo y encima el equipo ganaba. Su primera experiencia como mediocentro fue hace una vuelta, en una goleada en casa al Deportivo. Poco a poco se fue haciendo con un lugar en los planes de Unai. Acumula ya 32 encuentros oficiales con la camiseta del Sevilla, 23 de ellos en Liga. Ha disputado 2.142 minutos y ha recobrado el protagonismo que tuvo en el Valencia hace dos temporadas, con Ernesto Valverde en el banquillo. Siempre dice que Emery es el técnico que mejor lo ha entendido y con el que más ha brillado. Su suerte será la fortuna de Unai.

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