La Inmaculada volverá a lucir como lo hiciera aquel 9 de diciembre de 1918, día en el que se inauguró. Y lo hará tan sólo en unos meses gracias a la restauración a la que se está sometiendo de manos de Carlos Núñez. 60.000 euros y un documentado proyecto es lo que ha hecho falta para que este monumento borre todas las heridas del tiempo.
Como si los años no hubieran pasado, el monumento de la Inmaculada que corona la sevillana Plaza del Triunfo lucirá como nunca lo ha hecho. Ni los estragos del tiempo ni el vandalismo del que ha sido víctima se notarán en la marmórea piedra gracias a la particular operación de cirugía estética a la que se está sometiendo.
La talla concebida por Lorenzo Coullaut a principios del siglo XX es la protagonista de unos trabajos de restauración promovidos por la delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad y que acomete Dédalo Bienes Culturales con el restaurador Carlos Núñez al frente.
Desde el pasado mes de mayo se está trabajando en la documentación de dicho proyecto para que el resultado sea fiel al original. "Hemos rescatado incluso bocetos previos a la obra", explicó ayer el restaurador. Trabajo que les ha valido la aprobación de la Consejería de Cultura para ponerse manos a la obra.
Y dicho y hecho. A partir de ahora comenzarán a trabajar para que la talla mariana y los retratos inferiores que le acompañan recuperen su fisonomía. Murillo volverá a tener su rostro completo y recuperará la paleta de pintor, Juan de Pineda su pío semblante, el escultor Juan Martínez montañés su báculo y Miguel Cid su arpa de poeta. Todo ello en tres meses aproximadamente -"los plazos son flexibles"-, aunque lo que es seguro es que para la próxima festividad de la Inmaculada estará totalmente terminado.
La inversión realizada en este proyecto en el que intervienen científicos, informáticos, historiadores, conservadores y restauradores de obras de arte ha sido de casi 60.000 euros.
Ésta es la primera restauración exhaustiva a la que se somete el monumento tras algunas intervenciones en 1994 y 2007. Aunque el mármol de Carrara en el que se hizo la Virgen se conserva en buen estado -a pesar de la contaminación y de los agentes climáticos-, el resto del conjunto, labrado en arenisca, "está muy degradado", apuntó Núñez. De ahí que los trabajos se concentren sobre todo en la zona inferior del monumento, en los rostros y extremidades de las figuras. Para ello se está investigando para encontrar "el mismo material en el que se esculpieron las tallas" con ayuda de investigadores de la Universidad de Sevilla.
Y para que todos los sevillanos formen parte de esta recuperación patrimonial, a partir del próximo viernes se colocará una lona -la primera de una serie- ante los andamios que ahora rodean el monumento con la historia, fotografías y leyendas de esta insignia de la ciudad.
