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La Unesco insta a impedir el dragado y da su ‘indulto’ definitivo a la torre Pelli

El organismo ratifica el impacto del proyecto sobre Doñana pero no incluye aún al parque en su ‘lista negra’. Exige medidas de control para edificios superiores a las 20 plantas de altura y atender las directrices de Icomos

el 19 jun 2013 / 23:54 h.

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La Unesco no podría ser más tajante al respecto. Rotunda negativa al dragado del estuario del Guadalquivir, proyectado por el Puerto de Sevilla para permitir la entrada a sus instalaciones de buques más grandes que los actuales, capaces de reactivar la industria, reforzar el turismo y evitar la fuga de compañías hacia otros enclaves que reduzcan sus costes de transporte. El no de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura se sostiene sobre el principal argumento que hasta ahora bloquea su inicio a pesar de que han transcurrido diez años desde que el Estado concediera la declaración de impacto ambiental: Doñana. Eso sí, la institución multilateral no incluye aún en su negro listado de patrimonios mundiales en peligro al Parque Nacional. Trabajos de colocación de los ventanales de vidrio en el rascacielos ubicado en la Cartuja. / J. M. Espino (Atese) Trabajos de colocación de los ventanales de vidrio en el rascacielos ubicado en la Cartuja. / J. M. Espino (Atese) Segundo tema tratado en la reunión que estos días se ha celebrado en la ciudad de Phnom Pehn, Camboya: el impacto visual de la torre Pelli sobre los monumentos de la capital declarados Patrimonio de la Humanidad (la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias). Y la conclusión: un indulto al rascacielos porque ya ni se menciona, aunque sí insta a limitar y elaborar informes especiales para aquellos edificios que superen las 20 plantas, al tiempo que exige una mayor colaboración de las administraciones con el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). Sobre el dragado, la Unesco reclama al Estado que no dé su bendición. Se refiere al Gobierno central, de cuya decisión final depende el permiso para iniciar unas obras que la propia institución advierte de que estaban contempladas y presupuestadas para 2013. “La profundización de dragado implica un impacto negativo en la dinámica, morfología y biodiversidad del estuario, que podría dar lugar a impactos directos al Parque Nacional de Doñana”. E indica que no son pocas las administraciones y los organismos de conservación –menciona a la Junta de Andalucía y al Patronato de Doñana– que se han opuesto al proyecto. La resolución votada, que no se desvía de informes anteriores del organismo de la ONU, no deja margen para la duda. No habla de condiciones, sino de “no permitir ningún dragado de profundización en el Bajo Guadalquivir [esto es, en el estuario]”, con mención expresa  a las recomendaciones de los científicos, recomendaciones que al fin y al cabo se resumen en un no. Es más, se demanda también del Estado español una especial vigilancia para así “garantizar” que los dragados de mantenimiento (los regulares o de limpieza, no de profundización) del cauce del río “sean ecológicamente optimizados de acuerdo con recomendaciones de carácter científico”. Con este último toque de atención, la Unesco, encargada de velar por los patrimonios culturales y las reservas naturales amparadas por su prestigioso catálogo mundial, se hace eco de las ya tradicionales quejas de asociaciones ecologistas y de agricultores sobre excesos en tales dragados menores –léase: se mete la cuchara más de la cuenta–, aunque la Autoridad Portuaria siempre ha manifestado cumplir escrupulosamente con las indicaciones autorizadas. Si no se tiene en cuenta esta advertencia ni tampoco el reiterado problema de la sobreexplotación de los acuíferos y de los proyectos de hidrocarburos en las cercanías del parque, incluida la extracción de gas, “Doñana podría reunir las condiciones para su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro en el futuro cercano”. No todo es negativo en el documento de la Unesco respecto a esta joya mundial de la naturaleza. Así, valora los esfuerzos realizados por las administraciones públicas para su conservación, atendiendo a las recomendaciones concebidas por los científicos. La reunión en Camboya también tenía como encomienda analizar el estado de conservación de los monumentos sevillanos Patrimonio de la Humanidad, y aquí entra directamente la evaluación del impacto visual ejercido sobre ellos por la torre Pelli. Pero el hecho de que ni tan siquiera se calibre cabría interpretarse ya como un indulto, pues sólo reseña que, para futuros proyectos en altura, “se tomen las medidas adecuadas por parte del Ayuntamiento, con estudios de impacto con imágenes y fotografías de todos los edificios de más 20 plantas cuya finalidad será confirmar que no haya ningún impacto visual”. Habla de “tres posibles” torres, sin licencias aún, a una distancia que varía de 2,6 a 5 kilómetros [de la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias], y sin que quepa esperar que se construyan en el corto o medio plazo. El de Pelli, pues, un caso cerrado. Para ello y también para los planes especiales de protección de la zona, se insta a “colaborar” con Icomos, comité asesor de la Unesco, y a atender sus directrices. Un informe, otra reunión y la hora del alcalde Zoido La Unesco pide al Gobierno español un informe actualizado del estado de conservación de Doñana antes del 1 de febrero de 2014, de cara a un análisis en la XXXVIII reunión de su Comité de Patrimonio. Tal y como acudió a defender el rascacielos de Caixabank, después de haberlo criticado tanto en sus primeros años como proyecto, siendo una de las primeras contradicciones de su mandato tras llegar a Plaza Nueva, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, tendrá que hacer lo propio con el dragado ante la Unesco, según la tarea que él se ha ecomendado. Zoido ha liderado un frente para hacer realidad un dragado que considera vital para la prosperidad del Puerto de Sevilla, de la industria y del turismo, y así se presentó ante el Ministerio de Medio Ambiente, no sin polémica por su condición también de presidente del PP andaluz, con enfrentamientos provinciales. El pasado verano, el regidor emprendió un maratón diplomático para intervenir en el Comité de Patrimonio de la Unesco, solicitando un sí a cambio de impedir en el futuro rascacielos del calado de la torre Pelli. Sí obtenido pero en la cuerda floja. De ayer cabría decir que definitivo. 

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