La prudencia se impone en el sector financiero y, por supuesto, también en Unicaja. La entidad, que centra en las últimas semanas la atención por el proyecto de fusión iniciado con Cajasur y Caja de Jaén, ha visto caer un 9,3% los beneficios en el primer semestre debido al reforzamiento de las provisiones.
Es el momento de la cautela, aunque haga mella en los resultados. El beneficio neto de Unicaja cayó un 9,3%, hasta los 188 millones, en el primer semestre del año en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior debido a un reforzamiento de las provisiones crediticias. En concreto, la caja de ahorros malagueña realizó dotaciones por deterioro de activos por un total de 148 millones, lo que supone un incremento interanual del 46,1%, "en línea con la habitual política de prudencia de Unicaja", señaló la entidad en un comunicado.
Su tasa de morosidad, por otro lado, se mantuvo inferior a la media del sector financiero español, al situarse por debajo del 3%, concretamente en el 2,95% -el triple que hace un año-. Además, destacó la entidad, la tasa de cobertura de la morosidad alcanzó el 120%, "con lo que duplica la media del sector de las cajas, que es del 53%".
En cuanto a la solvencia, su coeficiente fue del 14,4%, un 80% superior al exigido. El core capital o coeficiente de recursos propios básicos alcanzó el 11,5%, "lo que sitúa a Unicaja como una de las entidades financieras españolas mejor capitalizadas".
Entre los aspectos positivos que destacó la caja en el comunicado se encuentra el aumento del margen de intereses en un 15,4%, hasta los 372 millones. Asimismo, el margen bruto creció a su vez un 10,1%, y se situó en 621 millones de euros.
Por otro lado, los recursos administrados por la caja en este periodo fueron 32.163 millones (un 3,9% más) y la inversión crediticia alcanzó los 25.654 millones (con un avance del 0,6%). Más acusado fue el crecimiento de la cartera de valores (27,4%), "impulsado por el aumento de la cartera de renta fija".
