Por mandato divino, el de la Iglesia, y por orden del Banco de España. Cajasur se avino ayer a firmar con Unicaja la paz (¿será momentánea?) que conducirá a la fusión de ambas entidades después de no pocos desencuentros, el último de los cuales derivó en el últimátum lanzado por el supervisor el pasado jueves: o aceptas el plan de negocio que se ha elaborado para el matrimonio o te intervengo y subasto.
En una escueta nota de prensa conjunta emitida a última hora de ayer, y a sólo unas pocas para que expirara esa amenaza del supervisor, ambas entidades informaban de que habían alcanzado "un principio de acuerdo sobre el plan estratégico de negocio de la fusión", que someterán de forma inmediata a la aprobación de sus consejos de administración. Éstos se celebrarán en el día de hoy, indicaron fuentes próximas a las negociaciones, quienes aseguraron que dos fueron las claves del desbloqueo: la orden de la Iglesia y "cambios menores" al interpretar aquel documento y que permitiría dilatar y amortiguar el recorte laboral en Cajasur.
Los superiores. Las fuentes consultadas indicaron que Gómez Sierra había recibido de "sus superiores", la más alta jerarquía eclesiástica -y no sólo del arzobispo de Sevilla y administrador apostólico de la diócesis cordobesa, Juan José Asenjo, sino también de la Conferencia Episcopal-, el mandato de rubricar cuanto antes un pacto con Unicaja que pudiera evitar la intervención del Banco de España y la consiguiente disolución de los órganos de administración de la entidad.
Hasta última hora se tensó la cuerda, dado que ni Gómez Sierra ni el Cabildo de Córdoba querían ceder. De hecho, y aunque los contactos (tanto dentro de la propia Iglesia como con Unicaja) se sucedieron durante el pasado fin de semana, aún entrada la tarde de ayer muchos no se explicaban cómo a la reunión con Medel no había acudido el director general de Cajasur, Antonio Barral, más proclive a una fusión que quienes sí acompañaron a Gómez Sierra, sus dos hombres de máxima confianza, que son Santiago Cabezas y José Rafael Rich.
El recorte. En cuanto a la segunda clave, ésta estriba en que el plan de negocio elaborado por Boston Consulting Group -que sugiere la necesidad de prescindir de 988 empleos en la caja cordobesa y otros 236 en la malagueña- es aceptado por ambas partes, pero el excedente laboral "se administrará" con las "fórmulas oportunas" para que este ajuste sea lo menos traumático posible, según dijeron las fuentes. Pero lo básico sigue siendo el plan de negocio.
El poner a la plantilla por delante fue precisamente la última estrategia de la Iglesia, fundadora de Cajasur, para decir no al matrimonio con Unicaja. No en vano, el sindicato mayoritario en la entidad, Aspromonte, ha movilizado a los trabajadores y convocado una manifestación el jueves en protesta por el plan de negocio y el recorte laboral y de oficinas que conlleva.
A lo largo de toda la jornada de ayer, fueron continuas las llamadas a la cordura. Así, el propio Braulio Medel aseguraba a mediodía que confiaba en llegar esa misma noche a un acuerdo. Pero matizó -en su particular lenguaje de leer entre líneas- que "si se quiere ir a un determinado lugar, lo primero es definir el objetivo [la fusión] y luego vendrá la pregunta de cómo se llega".
"Y no se inicia un camino en nada sin tener una hoja de ruta", que "es la que hay que trazar, y después vendrá todo lo demás". Sobre las repercusiones de la fusión en el empleo, Medel incidió en que el citado plan de negocio presentado por la firma Boston Consulting Group "no entra en las medidas a adoptar". Por tanto, no dice qué y cómo hacer.
Tranquilidad. Desde el pasado viernes, Cajasur, con la lupa del Banco de España también presente, ha hecho una monitorización especial sobre los depósitos para evaluar si había fuga masiva, al igual que hizo la primavera pasada cuando Fitch le rebajó la calificación. Sin embargo, fuentes de la entidad dijeron que los clientes se han comportado y, aunque se hay retiradas de dinero, son testimoniales.
Las fuentes explicaron que la divergencia entre los balances presentados hasta ahora por la caja, que hablan de beneficios, y las pérdidas que calcula la firma Boston Consulting Group radican en que ésta realiza una proyección de cierre de año, que es cuando se realiza la tasación de los activos inmobiliarios, que son los que pasarán factura y causarán los números rojos por las dotaciones.
Mientras, el sindicato mayoritario de Cajasur, Aspromonte, se ha quedado solo en la manifestación que ha convocado el jueves en Córdoba en defensa del empleo. Así, tanto CCOO como UGT se han descolgado, al considerar que es una manifestación dirigida por la cúpula de la entidad.