En Andalucía el 74% de los hombres juzgados por violencia machista es condenado. Es un porcentaje elevado, aunque algo inferior al promedio nacional (75%) y veinte puntos por debajo de la tasa de condenas por delitos penales. La cuarta parte de los hombres acusados de maltratar a sus esposas, novias o exparejas (25,8%) queda libre tras el juicio, según los últimos datos publicados por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), correspondiente al primer trimestre de este año. El caso más paradigmático es el de Sevilla, donde el número de absueltos (84) supera al de condenados (81).
El registro central de penados del Ministerio de Justicia no computa el total de personas juzgadas y condenadas al año. Pero se sabe que en España la tasa general de condenas por delitos penales es más alta que el número total de condenas por violencia machista. "Nueve de cada diez casos que llegan a juicio por un delito penal terminan en condena. Es una consecuencia de tener un sistema judicial tan garantista como el nuestro", explican fuentes de la Fiscalía Superior.
En España el periodo de instrucción de un caso -el tiempo que dura la investigación hasta que el juez eleva el asunto a un tribunal penal- acapara muchísimas pruebas por el camino, y eso explica que el porcentaje de condenas sea tan alto. En EEUU, por ejemplo, la ley procesal no obliga recabar pruebas antes de celebrar el juicio. La defensa y la acusación lo hacen por su cuenta, por eso es habitual que incluso durante el juicio sigan apareciendo pruebas de última hora.
Aquí, en cambio, el mayor esfuerzo de investigación y recopilación de pruebas se realiza durante el periodo de instrucción, por eso los sobreseimientos y las sentencias exculpatorias en el ámbito de lo penal son mínimas, explican fuentes judiciales. En cambio, en los casos de violencia machista (en los que no hay víctima mortal), las principales pruebas suelen ser testigos de la acusación. Si estos flaquean o si su declaración resulta contradictoria o poco sólida, la denuncia se desmonta. Un hecho que "ocurre a menudo", y que explica en parte por qué cuatro de cada diez hombres juzgados por maltrato en Andalucía quedaron libres entre enero y marzo.
El porcentaje más bajo de condenados por violencia machista en todo el país se produce en Sevilla, donde el 48,5% de los 165 hombres juzgados por maltrato fue declarado culpable, y el 51% resultó absuelto. En el polo opuesto está Segovia, donde fueron condenados el 100% de los maltratadores juzgados (coincide que todos eran extranjeros).
Las últimas estadísticas de maltratadores juzgados en Andalucía también registran una diferencia notable: por primera vez son más las exparejas (30,7%) las que agreden a las mujeres que los maridos o novios (29%).
maltratadores en prisión. El aumento de la población reclusa de los últimos años ha tenido mucho que ver el incremento de las condenas por delitos de violencia de género y contra la seguridad del tráfico. En ambos casos ha influido el que se hayan dictado leyes más restrictivas y que la concienciación social sea mayor y cada año haya más denuncias.
La ley contra la violencia doméstica, aprobada en 2005, ya tiene un amplio recorrido, y ahora están ingresando en prisión acusados de maltrato que han reincidido en estos años. El número de reclusos por maltrato el año pasado había aumentado más de un 45% respecto al 2008, según datos del Ministerio de Interior.
