Local

Uno de cada cien ancianos confiesa que sufre maltrato

La vejez no es sólo una etapa dorada con abuelos de anuncio y viajes del Imserso. También es esa etapa en la que el anciano aguanta a quien le cuida, porque no puede defenderse. Aguanta hasta los golpes.

el 15 sep 2009 / 09:37 h.

TAGS:

La vejez no es sólo una etapa dorada con abuelos de anuncio y viajes del Imserso. También es esa etapa en la que el anciano aguanta a quien le cuida, porque no puede defenderse. Aguanta hasta los golpes. Un estudio del Centro Reina Sofía desvela que uno de cada cien ancianos sevillanos sufre malos tratos. Y el 60% de los agresores son sus propios hijos.

El análisis realizado por la investigadora Isabel Iborra arroja datos preocupantes: cerca de 950 ancianos sevillanos, uno de cada cien, confiesan que han sufrido malos tratos por parte de sus cuidadores, una cifra que se duplica en el caso de los mayores dependientes y que se cuadruplica si ese mayor es un dependiente grave y se encuentra anclado a una cama o un sillón. A más vulnerabilidad, más sufrimiento. Los datos, recopilados a través de encuestas realizadas en 2005 pero recién publicados, constatan que Sevilla está en la media nacional: el 0,8% de los ancianos entrevistados confiesa que ha sido víctima de algún tipo de maltrato en el último año. Lo mismo sucede con el resto de Andalucía, donde no hay diferencias significativas entre provincias.

El maltrato más común entre los mayores de Sevilla es el económico (0,9% de los encuestados), el abuso de la pareja, hijos o allegados de la pensión del anciano, "que en un elevado porcentaje de los casos (47,4%) es el único sueldo que entra en casa", apunta el estudio. Ese maltrato se traduce en presiones, discusiones e incluso falta de recursos o alimentos. A ello se suma el hecho de que casi el 95% de los maltratados viven en su casa, así que son sus familiares los que se aprovechan de su techo. Le siguen los malos tratos psicológicos y la negligencia (0,6% de las respuestas), otra forma de maltrato basada en la desatención al mayor, lo que causa desde males físicos (hematomas, escaras, rozaduras) y psicológicos (depresión, angustia, miedo). El maltrato físico como tal, con golpes y palizas, lo confiesa otro 0,3% de los encuestados, un punto más que los casos de abusos sexuales, que también se dan en la tercera edad, aunque exclusivamente entre las mujeres (al menos, los hombres no lo confiesan).

El perfil del maltratado tiene rostro femenino (casi siete de cada diez afectados son mujeres). En ambos sexos se dan los mismos tipos de abusos y con la misma frecuencia e intensidad. El riesgo de violencia aumenta con la edad, ya que casi el 58% de los ancianos que confiesan los abusos que sufren tienen más de 74 años. En un 69% de los casos, los agredidos son ancianos con algún problema físico o enfermedad crónica (dolores óseos o musculares, diabetes, problemas de corazón o digestivos) y otro 20% se encuentra discapacitado. Incluso, uno de cada cuatro necesita ayuda para realizar sus actividades más básicas. ¿Que son males generalizados en personas mayores? Cierto, explica la profesora Iborra, pero la verdad es que el estado de postración o enfermedad, de dependencia, entre los ancianos maltratados y los que no lo son es de más del doble. Claramente, los cuidadores que hacen daño aprovechan la mayor debilidad del viejo. Los que están mejor, los más duchos, están en mejores condiciones de defenderse o protestar.

Además, apuntan desde el Centro Reina Sofía, es curioso que estos casos no se dan en personas aisladas, solas, sin red social. En absoluto: son mayores que mantienen un contacto frecuente y buenas relaciones con sus vecinos y familiares.

  • 1