Las quinielas no son lo que eran. Durante años predemocráticos fueron la gran esperanza para salir de la penuria de la mayoría de los españoles. En general las familias guardaban el mágico boleto para sobrellevar sus carencias básicas, o la necesidad de emigrar, o la de trabajar de sol a sol en aquella desarrollista España. Era así para todos menos para los ricos de familia, o para los que se habían beneficiado impunemente del corrupto y mafioso funcionamiento del régimen franquista. Ahora es un juego de azar más, pero a mí, quizás por aquellos frustrados sueños infantiles, no me cae simpático.
Ello explica que me moleste mucho el uso de las quinielas para tratar asuntos de máxima importancia para la ciudadanía. La formación del nuevo gobierno de la Junta de Andalucía, una vez haya sido elegido en el Parlamento el nuevo Presidente, José Antonio Griñán, ha provocado a los ludópatas politólogos, que estos días están desatados.
Jugar es tentador y puede que legítimo. Pero en casos como éste, especulando con el uno, equis o dos, muchos periodistas y portavoces políticos más que adivinar el resultado lo que pretenden es influir en él, directa o indirectamente. Es paradójico que quienes mayoritariamente opinan que Griñán debe formar el gobierno que quiera, el que considere mejor para Andalucía, inmediatamente después colocan los peros. Pero que tenga en cuenta la territorialidad, pero contando con el poder del partido, pero que mejor cambie poco o que cambie mucho el actual gabinete. Y con estas variables, se han ido poniendo y quitando nombres.
Sin duda hay que esperar más del sentido común, personal y político del candidato socialista, que de quinielas o fórmulas combinatorias. Al fin y al cabo, aquel resguardo de calco futbolero, que religiosamente sellaron nuestros padres durante años, pocas veces dio algo. Fue el trabajo de nuestras familias el que sacó nuestra vida y a este país hacia adelante. Por ellas quiero pensar que el Candidato no especulará, que será rápido, eficaz y que lo antes posible pondrá a su equipo a trabajar.
Periodista
opinion@correoandalucia.es
