Una alameda de cipreses a la entrada del Colegio Aljarafe es la causa de disputa entre los vecinos de las viviendas colindantes y el propio centro escolar y su Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA). El Ayuntamiento de Mairena del Aljarafe, que intervino inicialmente como mediador, se retiró finalmente de este asunto ante la falta de acuerdo entre las partes.
Mientras que desde la dirección del colegio apuntan a que estos cipreses son parte y símbolo del centro escolar y, por lo tanto, se oponen a eliminarlos, los vecinos se muestran indignados ante los problemas que les están causando en sus viviendas, y que resumen en suciedad, oscuridad y destrozos en los patios, provocados por las raíces.
La disputa se remonta a hace más de un año, cuando las quejas de los vecinos llegaron al consistorio. Fue entonces cuando éste propuso mediar para encontrar una solución: una empresa analizaría el estado de salud de los árboles para valorar mejor la necesidad de tala o no de éstos.
Los técnicos municipales explican que hay dos conclusiones por las que quitarían los árboles, un mal estado de los mismos o una altura excesiva que hiciese peligrar la integridad de las personas, un argumento que, según el director del centro escolar, José Pereira, supondría eliminar con seguridad estos cipreses, por lo que renunciaron a este acuerdo y la cosa quedó como estaba.
Por ello, el equipo de gobierno (PSOE) se retiró y sólo actuará en aquellos árboles que se encuentran fuera del centro de enseñanza, un pequeño número de ejemplares sobre el verdadero problema que se encuentra en una de las entradas del colegio.
El conflicto se acentuó cuando, según aseguran desde el colegio, el pasado 11 de febrero, unas alumnas avisaron de la presencia de un bote de agua fuerte al pie de un ciprés, que "habían lanzado desde algún patio vecino". Los hechos se encuentran denunciados ya que "ponen en riesgo la integridad física de los alumnos". Los vecinos en cambio, consideran esta denuncia una maniobra "con muy poca credibilidad" y dicen que deberían ellos denunciar al colegio "por utilizar a los niños en su ataque". Y entre tanto la pugna continúa con los árboles como mudos testigos en este rincón de la comarca del Aljarafe.
