Unos obreros encontraron ayer de forma fortuita un zulo de ETA cerca de la carretera A-6, a las afueras de Madrid. La policía halló dentro del habitáculo dos pistolas y diverso material explosivo que fue analizado durante la tarde de ayer.
Fuentes de la investigación precisaron que el escondite fue hallado por los operarios cuando, en el transcurso de una obra, derribaron un muro. Los agentes que se personaron en el lugar encontraron un recipiente con el anagrama de la banda terrorista que contenía una sustancia en polvo. Tras una primera inspección, los expertos policiales consideran que el zulo llevaba varios años abandonado por la banda terrorista ETA.
De confirmarse este extremo, el escondite no habría sido utilizado para cometer el último atentado perpetrado por ETA en Madrid, la colocación de una furgoneta bomba en el parque Ferial Juan Carlos I el pasado mes de febrero, que no causó víctimas pero sí daños materiales. El vehículo, una furgoneta Peugeot Partner cargada con unos 80 kilos de explosivos, fue robada apenas unas horas antes en la localidad de Navalagamella, a no muchos kilómetros de donde ahora ha sido hallado el escondrijo de la banda.
El último zulo de ETA localizado por las Fuerzas de Seguridad fue encontrado también el pasado mes de febrero en la localidad guipuzcoana de Ordizia.
violencia callejera. Por otra parte, un artefacto pirotécnico de fabricación casera explotó ayer ante la puerta de la vivienda de un agente de la Ertzaintza en el municipio vizcaíno de Barakaldo y provocó daños en la entrada del piso. Según informó el departamento vasco del Interior, cuando el agente salía alrededor de las 7.30 horas de ayer de su domicilio descubrió los restos del artefacto, que estaba compuesto por una botella con líquido inflamable, pólvora y varios petardos, y los desperfectos ocasionados en la puerta de la vivienda.
La Ertzaintza explicó que el artefacto había sido depositado durante la noche anterior aunque no llegó a explotar en su totalidad. El comunicado de Interior añadía que, tras tener conocimiento del suceso, el consejero Rodolfo Ares se puso en contacto con el agente atacado, que trabaja en labores de seguridad ciudadana, para transmitirle "su apoyo y solidaridad, y la del conjunto de la Ertzaintza".
Este suceso no fue el único acto de violencia callejera de la jornada de ayer. Además, unos desconocidos lanzaron la pasada madrugada pintura roja y amarilla contra las paredes y las puertas del batzoki -sede- del PNV en la localidad vizcaína de Igorre, según informaron fuentes del partido nacionalista y del departamento vasco del Interior.
En la fachada del inmueble, ubicado en la calle Sabino Arana del municipio, también efectuaron pintadas en las que puede leerse "Herriaren hitza errespetatu" (respetad la palabra del pueblo), según el PNV. El ataque ocurrió el día en el que comienzan las fiestas locales de Igorre, gobernado por un electo de ANV ahora en el grupo mixto.
