El misterio de las caras de Bélmez de la Moraleda se manifestó por primera vez el 23 de agosto de 1971 cuando María Gómez Cámara, la dueña de la casa, descubrió una cara en el suelo de cemento de su cocina. Por septiembre, la familia de la dueña ya había empezado a cobrar la voluntad por entrar a su cocina para verlas. María murió en febrero de 2004 y en septiembre las caras empezaron a desaparecer al tiempo que surgían nuevos rostros en su casa natal, en la que viven sus sobrinas Ana y Felipa. El fenómeno paranormal estaba un poco olvidado hasta que al alcalde, Pedro Justicia, se le ocurrió crear un centro de interpretación de las caras, que costará 858.000 euros.
El misterio, que puede no serlo tanto, surgió en las dos plantas de la casa, pero hubo varios investigadores que acreditaron su falsedad, como Francisco Mañas, que aseguró que se podía producir el mismo fenómeno aplicando agua y aceite. Antes de que llegaran los investigadores que están analizando el fenómeno -el Grupo de Investigaciones Parapsicológicas Bélmez- "en la casa natal de María picaron las paredes de la planta baja y las cementaron de nuevo para ver qué ocurría". Resultó que las teleplastias -rostros que aparecen en suelos y paredes por una razón del ‘más allá'- volvieron a manifestarse. Por eso, "las caras que hay en la planta superior de la casa están más marcadas que las de abajo", según el vicepresidente de este grupo, Carlos Romero.
Sin embargo, todo esto podría quedar en una historieta paranormal de pueblo si no fuera porque a la anterior alcaldesa de Bélmez se le ocurrió comprar la casa de María para convertirla en museo. Un millón era lo que pedían sus hijos por una casa medio en ruinas y por un fenómeno que podría caerse como un castillo de arena de un día para otro. Finalmente no lo hicieron. El ayuntamiento no puede comprarla porque no es un particular y se trata de una propiedad privada. Desde entonces, el partido que gobierna es el PSOE, ahora con Pedro Justicia, quien ha decidido invertir casi un millón de euros públicos en las famosas caras (143 millones de pesetas concretamente).
Hace ahora 39 años desde que aparecieron las primeras caras y entonces el pueblo se molestaba cuando alguien trataba de demostrar la falsedad del fenómeno. Era otra mentalidad, otros tiempos. Pero ahora, los vecinos de Bélmez se han llevado las manos a la cabeza al saber que tal cantidad de dinero público se pueda destinar a este misterio. De esos 858.000 euros, 587.000 proceden del Feder (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), 208.000 de la Diputación de Jaén y 42.900 de la alcaldía. El Feder está destinado a la creación de empleos estables o a la renovación de espacios industriales en declive, entre otros objetivos.
En este municipio de 1.825 habitantes el sector que genera más riqueza, por no decir el único, es el agrario. Son tiempos difíciles para estos pueblos, que sólo viven del campo, y en Andalucía ya se siente el recorte de ayudas europeas a los agricultores, por lo que habrá que buscar, al margen de misterios, fuentes más estables de beneficios. Es cierto que en Bélmez es difícil invertir dinero público en otros sectores. La concejal de Turismo, Ana Belén Fuentes, lo explica así: "O cogíamos la subvención para esto o perdíamos el dinero". Según Fuentes, "estaba previsto hacer un polígono industrial y comprar un terreno para su construcción por 120.000 euros, sin embargo, aún no se ha aprobado porque el suelo es rústico".
Pero resulta que el ayuntamiento solicitó también una subvención para crear una ruta turística para enseñar el fenómeno, valorada en 225.000 euros. Los investigadores de las caras aseguran que trabajan de forma altruista y que, según las conversaciones que mantienen con el alcalde, serán ellos los que gestionen el centro de interpretación, aunque no se sabe si por entonces cobrarán por sus labores interpretativas.
