Esta semana habrá varias reuniones entre el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, el delegado de Urbanismo, Manuel Rey, y Sacyr con el objetivo de que la constructora baje los costes de mantenimiento y gastos comunes que reclama a los placeros del mercado de abastos, 680 euros al mes que, según el pliego de condiciones del contrato, deben ser 300.
La estrategia del Consistorio es clara: seguir insistiendo. Presionar a Sacyr para que se llegue a un acuerdo y, por fin, se puedan entregar las llaves del mercado. Algo que, según el último plazo dado por el alcalde, será a final de mes. El margen para discutir, pues, es corto.
De hecho, las discrepancias entre la constructora y los placeros, respaldados por el Ayuntamiento, es más que evidente. No obstante, el delegado de Urbanismo fue optimista: "Estoy convencido de que no van a pagar el doble y de que habrá un acuerdo porque hay voluntad clara y necesidad".
Rey admitió que su intención es hacerle ver a Sacyr que debe reconsiderar su postura para acercar posiciones. Incluso hizo suyo un refrán que ya fue utilizado por los portavoces de los placeros: "Ante el vicio de pedir está la virtud de no dar". No en vano, los 39 empresarios del mercado aseguran que no pueden pagar lo que Sacyr les exige y, tras 39 años de espera, ahora no tienen prisa.
Por este motivo, Rey afirmó que ve "razonable" que hayan pedido la ayuda del Ayuntamiento. De hecho, el Gobierno local destinará 62.000 euros anuales (lo que pagaba por el alquiler del actual mercado) a los gastos de mantenimiento de las nuevas instalaciones en el Metropol Parasol y, según el plan financiero pactado con Sacyr para cubrir los sobrecostes, llegará hasta los 200.000 euros al año para suplir los extras del mercado.
"Es normal que si cambiamos el proyecto del mercado para mejorarlo nos pidan que lo paguemos nosotros", alegó Rey.
A ese dinero se sumarán los 180.000 euros anuales que pagará el Consistorio para que los sevillanos suban gratis al mirador de los parasoles y los 720.000 euros al año que desembolsará por el alquiler del edificio de la Delegación de Hacienda, que tras el fin de las obras será de Sacyr. ¿Y no está cediendo demasiado el Gobierno local ante la constructora? "Al César lo que es del César y Sacyr tuvo que afrontar muchas dificultades, sobre todo, adelantar financiación en una situación muy difícil", alegó Rey tras insistir en que la obra de la Encarnación terminará en diciembre de este año.
