El Consejo de Cofradías obtuvo el pasado miércoles el visto bueno de los técnicos de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento al informe presentado por el organismo cofradiero para la adaptación de la carrera oficial a los criterios de seguridad que exige la normativa vigente.
Finalmente, y siguiendo las directrices presentadas por el Consejo de Cofradías, se suprimirán de la carrera oficial alrededor de 500 sillas, un número muy inferior a las 7.000 de las que se habló en un principio. De este modo, el aforo definitivo de la Carrera Oficial será de 29.500 sillas.
El Consejo de Cofradías ha comenzado ya a enviar las cartas de pago a titulares de los abonos de sillas y palcos, ya que el período para la renovación comienza el próximo 13 de enero, según la información que ofrece la web del organismo cofradiero.
No obstante, y a pesar de que la cifra oficial inicial es que se van a suprimir 500 sillas, el Consejo de Cofradías pretende en la práctica salvar algunas para reducir esta cuantía de manera que algunos de los titulares afectados puedan ser reubicados. El criterio que el Consejo seguirá en esta medida será el de la proximidad a su ubicación.
La clave de la negociación ha estado en dividir la carrera oficial en cuatro zonas: Campana, Sierpes, Avenida y la plaza Virgen de los Reyes, de manera que no fuera aplicable sobre la carrera oficial el reglamento de espectáculos públicos del año 82.
Estas 500 sillas menos difieren mucho de las cifras que se barajaron en un primer momento. La primera propuesta técnica del Ayuntamiento, hecha pública a mediados de agosto, fue para echarse a temblar.
Según se cifró entonces, la adaptación de la Carrera Oficial a los criterios de seguridad que exige la normativa iba a costar 7.000 sillas, o lo que es lo mismo, casi un 25% del aforo actual, en el que se instalan más de 30.000 sillas. Este dato hizo que en el Consejo de Cofradías se encendieran las luces de alarma.
Sin embargo, esa cifra fue la primera propuesta para comenzar los informes técnicos para la reforma de la Carrera Oficial, si bien la intención inicial que anunció el Ayuntamiento fue la de aplicar sin más miramientos a este espacio los requisitos recogidos en la Ley de Espectáculos Públicos y en el Real Decreto sobre Autoprotección del año 2007 que obligan, entre otras circunstancias, a establecer pasillos de seguridad de 1,20 metros entre las distintas parcelas de sillas, a respetar una separación de 0,85 metros entre respaldos y a utilizar asientos de 0,50 centímetros de anchura.
Desde un primer momento, el Consejo de Cofradías cuestionó el grado de aplicabilidad de muchos de los preceptos recogidos en la normativa vigente, entre ellos, la obligación de que las sillas deban estar grapadas entre sí para no desplazarse, algo que impediría desmontarlas diariamente.
El Consejo de Cofradías abona un canon de 48.000 euros al Consistorio hispalense por ocupación de las sillas en la vía pública, recaudando a cambio una cantidad cercana a los tres millones de euros, dinero que se reparte entre las cofradías en función de su número de pasos.
