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Urdangarin se desvincula del desvío de capital y culpa a su socio

Admite que se reunió con Matas en Marivent e implica a Barberá y Camps en la adjudicación del Valencia Summit al instituto que dirigía.

el 25 feb 2012 / 14:59 h.

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El duque de Palma junto a su abogado a la entrada de los juzgados.
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Los juzgados de Palma recibieron ayer al primer miembro de la Casa Real que es llamado a declarar como imputado en una causa judicial. El Duque de Palma, Iñaki Urdangarin, que volverá a sentarse hoy ante el juez tras nueve horas de declaración, aseguró a su entrada que "aclarar la verdad de los hechos y a defender mi honor, mi inocencia y mi actividad profesional".

A pesar de que el juez decano de Palma, Francisco Martínez Espinosa, le había autorizado a entrar en vehículo por "estrictas razones de seguridad", atravesó a pie los poco más de 30 metros que separan la verja del edificio judicial y la entrada. Urdangarin se bajó del coche acompañado por su abogado, Mario Pascual, y escoltados por varios agentes de la Policía Nacional.

Una vez en la puerta, se dirigió a los periodistas a quienes aseguró que durante estos años, "he ejercido mi responsabilidad y he tomado decisiones de forma correcta y con total transparencia".

"Estoy convencido de que la declaración de hoy contribuirá a demostrar la verdad de los hechos", concluyó el duque de Palma, quien mostró un semblante tranquilo, aunque estaba visiblemente más delgado.

En su declaración ante el juez José Castro, el yerno del rey acotó su responsabilidad en la operación Babel en las sociedades investigadas y se desvinculó de la propiedad y la gestión de la mayoría de ellas.

A preguntas sobre operaciones entre diversas sociedades, el duque de Palma quiso dejar muy claro que tan sólo había estado vinculado a Nóos Consultora, como socio al 50%, y a Aizoon, como socio y administrador. Insistió en que nada tenía que ver, ni como accionista ni como gestor, en las otras empresas investigadas: Bufete Tejeiro, Virtual Estrategies, Intuit, Shiriaimasu y De goes, entre otras.

Urdangarin acotó su responsabilidad a las gestiones que realizó como presidente del Instituto Nóos, dentro de un ámbito de competencias limitado a sus conocimientos en patrocinios y deportes. Se desvinculó, una y otra vez, de la llevanza de la contabilidad y de las operaciones entre sociedades contenidas en el sumario y de las que declaró no saber nada. Además, la mayoría de estas operaciones fueron realizadas por sociedades en las que no participaba.

SEÑALA A TORRES. Del mismo modo, el imputado descargó responsabilidades en torno a las decisiones adoptadas en Nóos en su exsocio Diego Torres, principalmente en lo que se refiere a los pagos a las sociedades vinculados a ambos, al defender que él no adoptaba resoluciones en materia de contratación.

Es más, Urdangarin, aseguró desconocer los aspectos que rodeaban a las facturas que se le mostraron durante su comparecencia ante el juez José Castro, instructor de las pesquisas.

Si bien, el duque de Palma reconoció ante el juez que se reunió en Marivent, en 2003, con el expresidente del Govern balear, Jaume Matas, y el exdirector general de Deportes José Luis Pepote Ballester, a fin de negociar la posibilidad de que el Ejecutivo autonómico patrocinase el equipo ciclista Banesto, que tras esta operación adoptaría el nombre Illes Balears-Banesto.

Igualmente, desveló durante su declaración las reuniones previas que mantuvo con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberà, y expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, antes de que fuese adjudicada al Instituto Nóos la organización de las jornadas sobre turismo y deporte denominadas Valencia Summit.

En su comparecencia, recordó cómo contactó con la primera edil de Valencia para proponerle la celebración de este evento, ante lo cual Barberá consideró necesario que el asunto fuese abordado en presencia de Camps, según fuentes jurídicas.

Así, aseguró que cuando fue a reunirse con el exjefe del Ejecutivo valenciano, éste dio luz verde al proyecto, del que entre 2004 y 2006 se llevaron a cabo tres ediciones con un coste de unos tres millones de euros de la Generalitat a Nóos, en un único encuentro. A los tres días, subrayó, la organización de las jornadas fueron adjudicadas a la empresa entonces presidida por Urdangarin.

Igualmente, el Duque de Palma quiso aclarar en su primera jornada de declaraciones, que su esposa, la Infanta Cristina, no era responsable de la gestión de ninguna de las sociedades y que su papel en el Instituto Nóos era puramente testimonial.

Entre otras cuestiones, el juez preguntó al yerno del rey si los folletos de presentación de los que se servía la entidad con su nombre y el de la Infanta Cristina tenían un reclamo publicitario como objetivo, sobre lo cual el encausado precisó que la pretensión de estos prospectos era ofrecer una imagen de solvencia y confianza familiar.

Sin embargo, durante su declaración ante el juez Castro, Urdangarin sí reconoció que puso a dos de sus hijos, cuando estos tenían 3 y 4 años, como socios en Namaste S. L. para que esta fuera una empresa familiar y que sus hijos tuvieran así su parte.

Finalmente, preguntado si era cierto que la Casa del Rey le había ordenado, en 2006, abandonar sus actividades privadas, explicó que Juan Manuel Romero le solicitó en esas fechas que dejara de contratar con las administraciones públicas y así lo hizo.

Durante la jornada de ayer, el imputado se mostró minucioso en sus respuestas, lo que ralentizó el ritmo de la comparecencia que continuará a partir de las 09.30 de hoy. Del mismo modo, el juez  avanzó anoche que volverá a citar al duque a declarar más adelante a la espera de recabar nuevos datos. Además, esta nueva comparecencia podría deberse también a la posibilidad de que su exsocio al frente de Nóos, Diego Torres, solicite en cualquier momento declarar de forma voluntaria, tal y como permite la Ley, que establece además que pueda acordarse un careo entre ambos.

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