La crisis diplomática entre Colombia y Ecuador ha estado más presente en la inauguración de la XXXVIII Asamblea General de la OEA que el resto de los asuntos que tratan los ministros de Exteriores y representantes de los 34 países que forman el organismo.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se refirió a la operación militar colombiana en territorio ecuatoriano, el 1 de marzo, contra un campamento de las FARC, en el que murió el segundo jefe de esa guerrilla colombiana, Luis Édgar Devia "Raúl Reyes" y otras 25 personas, lo que provocó que Quito rompiese las relaciones diplomáticas con Bogotá.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, recordó que no han tenido inconveniente en pedir perdón por la incursión en Ecuador, pero reiteró que "lo único que pedimos es que nos ayuden a vivir como ustedes viven", sin el problema del terrorismo. En ese sentido solicitó a los países americanos que consideren terroristas a las FARC y no les concedan el estatus de beligerancia como reclaman algunos países.
Insulza también mencionó otros problemas o situaciones que preocupan a la OEA, como la crisis política en Bolivia porque, dijo, tiene una estrecha relación con la conservación y el fortalecimiento de la democracia y la unidad nacional.
