Cuando han transcurrido 16 meses de su inauguración, parece que la idea de crear un centro comercial en el antiguo mercado de abastos de Utrera no ha funcionado como se esperaba. Al menos esa es la impresión que tiene la mayoría de los comerciantes y ya muchos están colgando el cartel: "Se traspasa".
De los 17 comercios que ocupan las instalaciones, seis han tenido que cerrar sus puertas y varios más tienen la intención de hacerlo próximamente. Éste es el panorama actual de una iniciativa que pretendía revitalizar el pequeño y mediano negocio utrerano, aunque también hay algún otro empresario que afirma irle "de maravilla".
Entre los que se encuentran felices de que se haya producido la reforma, están los comerciantes de productos perecederos que ya se localizaban en el mercado antes de la reforma. Consideran que el cambio era necesario y, "aunque estamos apartados del resto, como en una ratonera", no les ha restado clientela.
En cuanto a las causas del mal funcionamiento, hay quienes consideran la falta de marcas importantes que atraigan clientes. Otras voces creen que es porque no existe un espacio de ocio, como cines o boleras, y los hay que opinan que el edificio es "un supermercado de barrio, donde la gente sólo va a Eroski". Los comerciantes que están cerrando sus tiendas se quejan de tener que seguir pagando el alquiler hasta septiembre: "Es cierto que aparece en el contrato, pero hay otras condiciones que no se están cumpliendo". Denuncian que la empresa promotora firmó un convenio con el Ayuntamiento, mientras que "a nosotros nos dio otro diferente". Por ejemplo, afirman que no deberían subir los gastos comunitarios por encima de 1,20 euros y, actualmente, pagan 3,90; se quejan de la inexistencia de seguridad, "a pesar de estar recogido, y encima un local ha sufrido ya un atraco".
Además, debía haber un asesor para los comerciantes, pero "tampoco ha aparecido, dicen que por falta de presupuesto". Para hallar una solución, el alcalde, Francisco Jiménez (PA), les ha pedido un informe de la situación.