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Vacaciones anti-cacos

El ‘Spiderman' sevillano que asaltó 38 pisos en julio ya está entre rejas, pero ante la posibilidad de que le haya salido algún emulador ‘escala fachadas', ponga en práctica los consejos de la Policía Nacional, que el verano se inventó para descansar

el 11 ago 2010 / 19:55 h.

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Amanecía ayer la ciudad con la noticia de que hay entre los sevillanos un Spiderman profesional, sólo que en lugar de salvar vidas se encarga de limpiar las casas deshabitadas en vacaciones. 38 pisos situados en el distrito Sur fueron asaltados sólo en el mes de julio por este hombre araña, apelativo puesto por la Policía a los escaladores que trepan por las fachadas. El ladrón, un treintañero que responde al nombre de David, no sólo es un experto en acceder a los domicilios ajenos por ventanas y balcones, sino que además es un reincidente: fue puesto en libertad con cargos a principios de agosto, y horas después ya estaba de nuevo metido en faena.


Ante tal afán de coger lo que no es de uno (en 2009 se registraron 600.000 delitos contra el patrimonio) se ha instalado entre los ciudadanos un temor justificado: "¿Cómo me voy a ir de vacaciones dejando la casa vacía y vulnerable ante las artimañas de los astutos cacos?" La respuesta es fácil: haciendo las maletas. La única diferencia con respecto a otros viajes menos prolongados o señalados en el calendario, es que esta vez el protocolo de preparar el equipaje incluye también el de seguir una serie de medidas para evitar hurtos no deseados -si es que alguna vez son deseados-. La Dirección General de la Policía recomendó el pasado junio, como cada año, tomar unas pautas preventivas. Pautas que 38 vecinos del distrito Sur no debieron tomar correctamente: dejar las persianas medio levantadas, pedirle a un vecino que le recoja el correo del buzón y no decir ante desconocidos que se marcha de viaje son sólo algunas de ellas.

Pero ni por ésas. Si tiene previsto emprender unos necesitados y merecidos días de descanso tome nota para que no le pase lo que a ellos, que la operación retorno ya es bastante dura de superar como para que a su vuelta se encuentre con un vacío absoluto donde estaba antes situado su piso. No es necesario gastarse un dineral -que en tiempos de crisis poco tiene de al- en seguridad activa para mantener a los cacos a raya (alarmas, rejas o puertas blindadas, cuestan 300, 180 y 751 euros respectivamente). Las fuentes policiales consultadas aseguran que, pese a ser una buena táctica, hay fórmulas más económicas. Simular que la casa está habitada es el mejor golpe de efecto para disuadir a los delincuentes que se empeñan en fastidiar su retiro espiritual. Ahí es cuando entra en juego la seguridad pasiva anunciada por la Policía como medida complementaria: no dejar ropa tendida o instalar un temporizador que encienda aleatoriamente los electrodomésticos y las luces de las habitaciones, son otros de los métodos que prometen una huída de hombres araña a tiempo.

En los dos últimos años, además, ha entrado un tercer elemento en juego: las redes sociales. Ya no basta con no bajar del todo las persianas, o con decirle al vecino que le recoja el correo y le riegue las plantas. Ahora la primera ventana que hay que tener en cuenta antes de irse uno de vacaciones es la del ordenador. Un estudio de Sophos, una empresa de seguridad informática, señala que el 41% de los usuarios de las redes sociales divulga información personal a los desconocidos en estas plataformas: "Me voy a la playa unos días a descansar"; "En Roma por tres meses"; "Ya me marcho de Sevilla, ahí os quedáis" (...) Intente, aunque le cueste, vencer la fuerza sobrenatural que le empuja a airear su vida privada en Facebook, Tuenti o Twitter, que su patrimonio se lo agradecerá.

Y tanto que lo hará. El Spiderman sevillano, el de los 38 pisos en un mes, se llevaba joyas, dinero, televisores y ordenadores, saliendo después por la puerta principal de las casas, sin esconderse de nadie. La Policía lo tiene claro: "El 40% de los robos que se dan suelen tener lugar durante el verano ya que los ladrones aprovechan la ausencia de los propietarios para actuar con más comodidad". No se trata de quedarse en tierra con los 39 grados que asolan a la ciudad, sólo ponga en práctica estos seis consejos, disfrute del vacío laboral y no olvide nunca que los ladrones... ¡no se van de vacaciones!

Paso a paso

1. No hablar de más. No le cuente a nadie sus planes de vacaciones. Y esto incluye no sólo a sus amigos y conocidos reales, sino también a los virtuales. Las redes sociales y los blogs pueden ser una fuente de información de oro.

2. Vaciar el buzón. No hay nada que muestre de una forma más evidente que la casa está vacía que un buzón donde rebosen cartas y propaganda. Déle una copia de las llaves al vecino o portero para que lo vacíe por usted.

3. Ropa tendida. Haga la colada, tienda la ropa y recójala antes de partir hacia su destino vacacional. Si unos pantalones permanecen semanas en la misma posición los ladrones sospecharán y atacarán sin piedad sobre sus objetos de valor más preciados.

4. Persianas abiertas. En contra de lo que pueda parecer, no es aconsejable cerrar a cal y canto toda la casa. Asegúrese de echar el cerrojo a puertas y ventanas, pero deje alguna persiana abierta, que parezca que sigue habiendo vida en el interior. No hay nada mejor para ahuyentar a los cacos que simular que el hogar sigue estando habitado en verano.

5. Luces y sonidos. Pruebe a colocar dispositivos que programen alguna luz o electrodoméstico para que parezca que hay personas en el interior. Dejar una alarma en el aparato de radio o televisión para que se active a determinadas horas también es una buena táctica. Los ladrones creerán que, o bien la casa está habitada, o bien hay fantasmas pululando por allí, algo que seguro también les hará salir corriendo.

6. Objetos de valor. Antes de coger el coche hacia la playa o el avión a Roma, ponga todos los objetos de valor (ordenadores incluidos) lejos de la vista. La Policía Nacional y las aseguradoras recomiendan elaborar un inventario -incluso con los números de serie de fabricación de los objetos electrónicos de valor- de todo lo que se tiene en casa.

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