Álvaro Vadillo Cifuentes (Puerto Real, 12-9-1994) es un auténtico ídolo en La Salle de Puerto Real, el club en el que se crió antes de emigrar a Heliópolis. Vadillo, un chico delgado, fibroso e inteligente sobre el polvoriento albero lasaliano, era titular indiscutible en el conjunto benjamín... como central. Su primer entrenador, Luis Bello, aún recuerda su figura "de defensa elegante e inteligente".
"Tenía muchísima calidad, era técnicamente muy bueno, pero yo pensé que nos aportaba muchísimo más atrás", explica 7 primaveras después el primer profesor de su carrera. El puertorrealeño estampó la firma en su primera ficha federativa el 12 de septiembre de 2002, el mismo día que cumplió 8 años. Un año después, y ya siendo benjamín de segundo, se proclamó campeón de Primera Provincial con La Salle, invicta al cierre de la competición. "Ahora le veo y no me lo creo", dice Bello.
"Tuve la suerte de verlo en su debut ante el Granada y me decía: este no puede ser Vadillo". "Yo jugaba en aquella época con un 3-2-1 y le decía que no subiera arriba, imagínese lo que ha cambiado con el paso de los años", relata con una sonrisa. "Es un fuera de serie", añade emocionado.