Los padres de Valencina de la Concepción estaban hartos de pagar las sanciones de tráfico de sus hijos y que éstos no escarmentaran. Se lo han contado al alcalde y el Pleno aprobó la semana pasada cambiar multas por trabajos en beneficio del pueblo.
El acuerdo, que fue adoptado por todos los partidos representados en el pleno valencinero, no se limita a las multas de tráfico, sino que también ofrece la posibilidad de redimir sanciones por desorden público o maltrato al mobiliario urbano con trabajos para la comunidad. Sí están excluidas las infracciones urbanísticas (por construir en rústico, por ejemplo) explicaron ayer el alcalde, Antonio Manuel Suárez (PSOE), y uno de los concejales redactores, Antonio Miguel Marín (Policía Local y Juventud).
La nueva ordenanza ofrece la posibilidad al que se ha saltado las normas de elegir su castigo: si pagar en metálico o mediante trabajos que redunden en beneficio de los demás y le hagan reflexionar sobre su conducta. En caso de los menores de edad, será el padre quien dé permiso para la ejecución de esas tareas. Y para los reincidentes la concejalía de Bienestar Social preparará estudios personalizados para estudiar el por qué de su mala conducta.
Los trabajos que tendrán preferencia son los que tienen que ver con la atención a personas dependientes -fundamentalmente ancianos-, trabajos en la biblioteca del pueblo o limpieza de plazas y pintadas. Así, una multa por conducir la moto sin casco, que en Valencina supone una sanción de entre 90 y 150 euros, se puede sustituir por el equivalente en días de trabajo -a jornada completa o parcial- para la comunidad. La jornada de ocho horas redime de 30 euros.
La nueva ordenanza, que entrará en vigor en cuanto se cuelgue en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP), es una iniciativa que, asegura el regidor, han tenido que redactar casi desde cero Marín y el concejal de Economía y Hacienda, Francisco Fajardo, "pero pese a ese origen no tiene afán recaudatorio", expresa el regidor con un guiño de humor.
Eso sí, se han basado en la experiencia del juez de menores Emilio Calatayud, de Granada, famoso por haber sustituido penas a delincuentes juveniles por castigos tales como aprender a leer o trabajos para la comunidad semejantes a los que quieren implantar ahora en Valencina.
"Todos tenemos familiares o amigos que nos llegan al ayuntamiento con alegaciones a multas de sus hijos porque al final son los padres los que pagan las sanciones", agrega Suárez. Y es que de las 1.000 multas anuales, el 50% son protagonizadas "por jóvenes por infracciones leves de tráfico o por destrozos", puntualiza el concejal de Policía Local.
