Tras barrer en Segunda, el Real Valladolid ha confiado en la base del mismo equipo para conseguir la permanencia. Desde el entrenador, José Luis Mendilibar, hasta gran parte de la plantilla. En ataque se muestra directo y veloz pero sufre carencias defensivas que le están pesando en la clasificación.
Metidos de lleno en la parte baja de la tabla durante todo lo que llevamos de temporada. Los pucelanos andan de la mano con el Betis, tanto en puntos (17) como en el número de victorias (4), empates (5) y derrotas (7).
Dificultades clasificatorias para los hombres de José Luis Mendilibar, que en su regreso a Primera tres años después, tras un paseo triunfal por la categoría de plata, mantiene la columna vertebral del pasado curso. De hecho, tan sólo dos de las nuevas incorporaciones han logrado un puesto en el once: Vivar Dorado y Jonathan Sesma.
Un planteamiento atrevido que le ha llevado a anotar un buen número de goles, 21. Sin embargo, son sus carencias en la zaga las que están lastrando de forma considerable su trayectoria. Ha dejado escapar muchos puntos al no saber cerrar los partidos tras ponerse por delante en el marcador. De los 27 tantos encajados, 20 de ellos llegaron en la segunda mitad, y más concretamente, 13 en el último cuarto de hora.
Pese a ser el segundo equipo más veterano de la categoría después del Levante, la experiencia y el oficio están brillando por su ausencia. Especialmente significativa es la cuestión de la portería. Ninguno de los dos metas del primer plantel, Butelle y Alberto, han ofrecido el nivel esperado, así Mendilibar ha tenido que tirar de Sergio Asenjo. La sensación en los castellanos. Un portero del filial, que con 18 años es internacional en todas las categorías inferiores.
El técnico vasco se está afanando por corregir el aspecto defensivo y en los tres últimos partidos los blanquivioletas sólo han recibido un gol. Por el contrario, este cambio está mermando su potencial ofensivo.
Directos.
El Valladolid no se caracteriza por el toque a la hora de crear sus jugadas en ataque. Ponen en práctica un fútbol directo y vertical con un referente claro: Joseba Llorente. Por detrás una segunda línea de tres jugadores que tratan de recoger los balones que Llorente es capaz de bajar, y a partir de ahí elaboran las ocasiones. Hombres rápidos y hábiles como Víctor, Sisi, Jonathan Sesma, Ogbeche o Kome.
