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Valme de amor y de vida

el 09 oct 2011 / 19:59 h.

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Emocionante, sentido... vivido. El Pregón de Valme 2011 contó ayer la historia de una vida, de una devoción, la de Isabel María Caballero, Isa. Así, la llamó su hermana, la periodista nazarena Valme Caballero que fue la encargada de presentar a la pregonera -como ésta hizo hace siete años cuando a ella le tocó dar su pregón-, y ya advertía de su amor por la Virgen de Valme desde que era pequeña y sus méritos, tras 10 años en la junta de gobierno de la hermandad y su cercanía con la Virgen como ayudante de camarera.


La pregonera, emocionada, llegaba al atril de la parroquia de Santa María Magdalena para, a los pies de la Virgen de Valme, empezar un recorrido por su vida de la mano de la Protectora de Dos Hermanas. Cuando junto a sus padres "paseaba por los jardines y no tenían más remedio que entrar en la iglesia conmigo", y en el Sagrario "embelesaba y extasiada ante esta pequeña imagen me podía llevar horas". "María de Valme no llora, siempre sonríe y siempre es agradable visitarla", dijo, por lo que la calificó como "María de los niños, María de la infancia, María del día a día".


El pregón, entretejido con las voces de la coral infantil Regina Coeli, regresó a sus días de colegio y luego de instituto en Sevilla, de visita y rezo diario en la capilla del Sagrario: "Su sonrisa nos reconforta y sus manos nos acogen", afirmó.


Y es también "fuente de vida y amor". Así, recorriendo los rasgos de la Virgen de Valme, Isabel María Caballero afirmó antes de ser interrumpida por uno de los numerosos aplausos que "nuestros ojos se clavan en los tuyos y tú nos respondes con una luz y una fuerza rompedora", y le exhortó: "Virgen de Valme alúmbranos". Y "sonríenos", con esa sonrisa "que resplandece en el mundo".


La pregonera habló hasta del cojín en el que se posan los pies de la Virgen: "En él resplandece lo sencillo... y junto al cojín encontramos aceitunas, fruto madre de este pueblo y el origen de esta ciudad". Y en un giro poético proclamó: "el tosco tronco de olivo va suavizando sus formas hasta convertirse en vara de nardo, perfume de hogar que ama la Virgen" y que perfumaba cada uno de los rincones de la parroquia nazarena.

La pregonera tuvo unas palabras para los "jóvenes nazarenos": "Con el nombre de Valme en vuestros labios sentid, amad, vivid". Y así, tras ensalzar las flores de papel "formadas por las manos de tu pueblo", porque "no hace falta oro" para mostrar cariño y devoción sino estas "flores de otoño, flores de octubre, flores de Valme", Caballero llegó al tercer domingo de octubre, "el mejor buenos días del año". La pregonera animó a la ciudad a participar en la fiesta: "Alégrate Dos Hermanas que María gracia plena ilumina nuestra senda, luz de Valme, luz de otoño, fulgor de los sentidos".


Mientras los niños cantaban de fondo, Isabel concluía: "Valme realza la vida, Valme enaltece los cielos... Valme es amor, Valme es la vida. Valme es mi vida". Las palmas atronaban y la cola para felicitar a la pregonera daban cuenta de la emoción sentida.

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