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Valor de uso y valor de cambio

En la primera parte de El Capital Carlos Marx se esforzó en diferenciar el valor de uso del de cambio. El primero lo lleva el objeto intrínsecamente -el de saciar la sed en el agua- mientras que el segundo es asignado desde el exterior, convirtiéndose el objeto...

el 15 sep 2009 / 22:54 h.

En la primera parte de El Capital Carlos Marx se esforzó en diferenciar el valor de uso del de cambio. El primero lo lleva el objeto intrínsecamente -el de saciar la sed en el agua- mientras que el segundo es asignado desde el exterior, convirtiéndose el objeto en un producto de mercado-. El uso excesivo de algo tiende a convertirlo en escaso y, entonces, pasa a tener precio aquello que antes no lo tuvo; el agua, pero embalsada, serviría también de ejemplo; por el contrario, puede haber algo en cantidades tan grandes que, aún teniendo valor, ni se use, ni se cambie. Esto es lo que nos pasa con parte del ingente patrimonio sevillano, uno de cuyos elementos es el hospital y la iglesia de San Lázaro.

Mientras de la de Santa Ana siempre se han resaltado sus orígenes alfonsinos (de Alfonso X), la del protector de enfermedades contagiosas ha estado, como sus enfermos, apestada aún siendo de la misma época y estando en el nacimiento de nuestra Semana Santa; nadie, al parecer, ve en su torre poliédrica la muestra más bella de la arquitectura mudéjar, hermana de la de la mezquita de Chauen y de la de la escalera a la espadaña de Santa Paula.

Sin valor de uso, ni siquiera visorio, y sin valor de cambio por San Lázaro ha entrado todo el mundo (ahora y antes) como el caballo de Atila. Con la iglesia primitiva prácticamente se acabó hace ciento y pico de años y en su altar colocaron luego un Corazón de Jesús de esos que hacen en Olot al mismo tiempo que las Borriquitas. Lenin, discípulo de Marx, en su obra Materialismo y Empiriocriticismo, decía que el mercado dejaría de existir cuando cubriéramos todas las necesidades; entonces las escupideras podrían ser de oro porque éste no tendría valor. Por lo que sucede con algunas de nuestras joyas artísticas o ya hemos llegado ahí, o estamos locos.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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