Se dispone a vivir su primera Cuaresma como presidente del Consejo después de que un hecho insólito -la dimisión de Adolfo Arenas- le situara el pasado 31 de octubre en primera línea de la actualidad. Desde entonces viene aplicando una receta muy simple para apaciguar la institución: hacerlo todo sencillo.
-A cuatro días del Viacrucis. ¿Ha percibido usted esa falta de identificación de muchos sevillanos y cofrades con el formato de este acto penitencial?
-En esta Sevilla tan dual, el mundo cofrade también ha estado dividido. Hay quien hubiera preferido que el Viacrucis lo hubiera presidido únicamente el Gran Poder sobre unas andas y luego se hubiera hecho un Santo Entierro Magno, y hay a quien le parece muy bien que a principios de la Cuaresma podamos presenciar, por única vez en la historia, una serie de imágenes de entre las más representativas de Sevilla, algo que de otra manera no veríamos nunca. Nosotros estamos aquí para cumplir el mandato.
-¿Por qué ha recibido tantas críticas este Viacrucis y hay incluso gente deseando que llueva?
-Todo lo que es nuevo y todo lo que rompe con lo tradicional, todo lo que sea cambio e innovación, y más aún en el mundo cofrade, resulta muy complicado.
-¿Le preocupa la amenaza de la Policía y de otros colectivos para hacer del Viacrucis un campo de protesta?
-No. Estoy seguro de que la Policía Municipal va a estar cumpliendo con su obligación y velando por la seguridad del Viacrucis. El Viacrucis está por encima de cualquier tipo de reivindicación. También el Consejo ha dispuesto una seguridad privada importantísima, como nunca se ha hecho en la historia de esta ciudad, para que no ocurra la menor incidencia.
-¿Le dolió que el hermano mayor de La Exaltación denunciara "decisiones políticas" a la hora de elegir a las imágenes?
-Ese hermano mayor me ha invitado a hacer una relectura de su carta para que no me deje llevar por una falsa impresión. Yo confío en las personas y con su verdad me es suficiente. Entiendo que haya hermanos mayores que esperaban que sus imágenes fueran las elegidas para el Viacrucis. Pero hemos sido muy escrupulosos en la decisión. Yo les pedí a todos los delegados que nos olvidáramos de nuestros intereses particulares y pensáramos en el Viacrucis que el pueblo sevillano querría.
-¿Qué balance hace de sus primeros meses como presidente?
-Soy una persona muy positiva y siempre veo la botella medio llena. Las cosas van bien. Hay temas delicados que se irán limando con el tiempo. Le puedo decir que ahora mismo cuento con el apoyo de toda la junta, a la que intento mantener lo más unida posible, a pesar de que no ha sido elegida por mí sino que me ha venido poco más o menos que impuesta y donde cada uno tiene sus intereses y barre para su parcela.
-Entonces, ¿ya no silban las balas por San Gregorio?
-A mí no me ha gustado nunca meterme en una trinchera, sino dar la cara y atacar los problemas de frente y desde primera hora. Mi experiencia en el mundo empresarial me ha ayudado bastante a localizar los problemas y a intentar una comunión diaria. También le advierto de que soy bastante rudo en mis planteamientos: si no puede ser, no puede ser. No me gusta poner paños calientes.
-¿Habrá elecciones después de Semana Santa?
-Si me pregunta ahora mismo, no. Estamos debidamente elegidos por cuatro años, según marcan los estatutos. Nosotros estamos intentando que la institución salga adelante. Si yo viera que convocar unas elecciones sería bueno para la institución, indudablemente lo haría. Pero ahora no podemos crear la sensación de que este Consejo es provisional. Tenemos el pleno respaldo de nuestro pastor y del 70% de los hermanos mayores. Si el ambiente fuera aquí irrespirable yo sería el primero en salir corriendo. Si los hermanos mayores entienden que hay que convocar unas elecciones, para eso están las asambleas. Lo que no voy es a convocar unas elecciones para satisfacer a algunos señores que están siempre en la trinchera. Aquí se viene a trabajar y eso es lo que estamos haciendo ahora. Le aseguro que no hay apetencias por el sillón por parte de nadie. Vamos a cumplir el mandato durante cuatro años y después apoyaremos a quien haya que hacerlo. Entonces nos iremos a casa con la cabeza alta. No quiero crear polémicas en la institución y mucho menos en el mundo cofrade. Bastante alboroto ha habido ya.
-¿Cómo piensa gestionar usted la elección del pregonero para que no acabe convirtiéndose en otra crisis?
-La elección de pregonero está suficientemente debatida y los cauces son conocidos. Durante muchos años no ha habido problemas. El problema surge cuando algunas personas, al margen de la junta superior, se comprometen con algún posible aspirante. Eso es lo que no se puede permitir: que haya compromisos previos. Ahí tenemos que sentarnos todos y pensar en quién puede dar el mejor pregón para Sevilla, independientemente de si es mi amigo o no. Que sea a la vez una persona de una gran religiosidad y que tenga su vida regularizada familiarmente. Hay gente que con 27 años tiene más vivencias que algunos con 60.
-¿No habrá más estirones de la Semana Santa en estos cuatro años?
-Ta y como está el mundo de las cofradías, embarcarnos en nuevas aventuras sería un error. Otra cosa es que las hermandades, que son las que tienen la última palabra, entiendan que se pueda ubicar alguna nueva cofradía. Una de las intenciones de mi querido amigo Adolfo (Arenas) era que La Misión entrara en la nómina, pero no todo el mundo está de acuerdo con que una hermandad tan joven y con tantos niños venga de tan lejos. ¿Cuando vuelvan desde la Catedral a Heliópolis cuántos niños podrán quedar en el cortejo? Creo que todavía necesita madurar, tener más cuerpo de nazarenos y con una media de edad superior. Es una gran hermandad, que está haciendo una labor social magnífica, y será en el futuro una gran cofradía.
-¿Qué le parece que Bellavista pida la coronación canónica de su dolorosa?
-Ahí está muy dividida la cosa en el mundo cofrade. Cuando el hermano mayor -un hombre joven, preparado y que se mueve muy bien entre bastidores- ha tomado esta decisión, imagino que algún tipo de respaldo habrá conseguido. Si no, no entiendo que se tire a la piscina. En el Consejo cualquiera de las hermandades va a contar con nuestro apoyo incondicional, ya sea del Viernes de Dolores o del Domingo de Resurrección. Respeto su ilusión, aunque dentro de los hermanos mayores hay quien opina que es aún una hermandad muy joven y que hay otras con siglos que se lo merecerían antes.
-¿Cómo será la presencia sevillana en la Jornada Mundial de las Cofradías de Roma el próximo mes de mayo?
-Una cosa será la intención de los cofrades y otra la disponibilidad económica. Nosotros hemos mandado información a las hermandades. Cierto es que el Viacrucis lo está solapando todo y que la época es muy mala por el calendario festivo sevillano. Estoy seguro que muchos sevillanos querrían ir a Roma tres días, otra cosa será que los bolsillos lo permitan.
-¿Es o no es el momento de San Hermenegildo?
-Ahora mismo no es el momento de San Hermenegildo. Para nosotros sería ideal contar con un espacio así en la milla de oro de Sevilla, lo que nos permitiría hacer todo tipo de exposiciones. Las hermandades verían potenciados sus ingresos y, por ende, su bolsa de caridad, algo muy necesario en estos momentos. Sin embargo, económicamente el Consejo no se puede permitir su restauración. Sin los espónsor necesarios, la junta superior no va a retraer ni un céntimo del dinero de las hermandades para San Hermenegildo. Además no estaría bien que el Consejo abordara un proyecto así cuando la situación de Santa Catalina sigue siendo compleja.