El presidente de la firma medioambiental Itsmo 94 tratará de dar un balón de oxígeno a la empresa linarense, con un ERE temporal a la espalda. En su campo, demanda de una vez la apuesta inversora de la Administración que, considera, podría salvar algún apuro.
-¿De dónde viene el nombre de la empresa?
-El nombre es algo muy significativo. Yo quería ponerle Istmo, como la lengua de tierra entre dos continentes, pero ya existía en el Registro, entonces me obligaron a cambiar la 's'. También existía y no me quedó más remedio que ponerle Itsmo 94, el año en el que nació la empresa.
-¿Y por qué el tema medioambiental?
-Cuando acabo la carrera en el año 77 -soy ingeniero industrial- empiezo a trabajar en una empresa de tratamiento de aguas y así hasta el año 93. En el último periodo ya era socio de una empresa y creo que por eso de que me quedaban dos telediarios para ir al psiquiátrico o al cementerio de San Fernando -porque además de socio era director técnico y suponía un esfuerzo muy importante-, solté amarras y me prometí un año sabático. El entonces Ministerio de Obras Públicas no me lo permitió porque me propuso coordinar el Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas. Eso me obligó a crear Itsmo.
-¿Qué es ahora Itsmo 94?
-Detrás de Itsmo hay doce empresas y nos dedicamos a todo lo que supone el tema medioambiental. Da igual que sea agua, energía, residuos, sostenibilidad o agenda XXI. ¿Eso qué supone? Estamos haciendo una apuesta muy importante para el proyecto llave en mano o que suponga un valor añadido porque entiendo que Andalucía no sólo necesita consultorías o ingenierías. Estamos apostando con empresarios andaluces en las siguientes fases como la ejecución de las infraestructuras. Estamos acometiendo un proyecto de innovación de secado solar de fango y de residuos con una inversión de 1,4 millones.
-¿Cuál es el objetivo de esta iniciativa?
-Los fangos de las depuradoras salen con una sequedad de un 22%. En definitiva te está quedando agua. Tienes que intentar una solución para poder secar de tal manera que el producto final valga para bases de carreteras, recuperación de terrenos degradados, combustible de las cementeras... Conseguir eliminar ese agua a un coste barato, en eso estamos. Es un proyecto en el que llevamos seis meses y tiene para dos años.
-Para la empresa ¿es la I+D una cuestión fundamental?
-La empresa compromete del orden de entre 600.000 euros y 1,2 millones al año. Ahora apostamos por otro proyecto que queremos negociarlo con la Junta para montar una fabricación de maquinaria de tema de agua, de la que tenemos una cesión de patente de italianos, y queremos apostar por montarla a través de Santana, llegando a un acuerdo con una empresa nuestra. Eso lo queremos hacer consolidando el proyecto Bluenet que, para nosotros, es fundamental. Al margen de un edificio que comparten varias empresas, queremos utilizarlo para que cuatro o cinco socios tecnológicos apuesten por proyectos necesarios para nuestra tierra. Hemos llegado a un acuerdo con la Cámara de Comercio de cara a crear un consorcio dentro de Bluenet para la exportación.
-¿Para cuándo podría cerrarse el tema de Santana?
-Esto que estoy diciendo no lo sabe todavía ni Paco Vallejo [consejero de Innovación]. Estamos ahora cerrando temas de viabilidad con los italianos y pretendemos poder sentarnos con la Administración y con Santana de aquí a dos meses.
-¿La crisis también toca al negocio del medio ambiente?
-Teniendo en cuenta que cuando hay crisis el empresario tiende a gastar menos, le preocupa ahora mismo más el día a día que resolver sus problemas medioambientales, lo cual no significa que haya empresarios que son conscientes y están apostando por la sostenibilidad. Me atrevería a quejarme de que la Administración, hoy por hoy, no está apostando fuertemente por sacar infraestructuras y eso supone que la crisis del sector privado que se iba a resolver con una mayor aportación de inversión pública, en materia de agua y medio ambiente está muy corta. En las infraestructuras hidráulicas que hay que hacer en Andalucía hay que invertir 3.500 o 4.000 millones de euros ya. En situación de crisis, el empresariado no se puede permitir eso.
-¿Cuál es la situación actual de las empresas andaluzas en inversión en medio ambiente?
-Andalucía es la segunda región por detrás de Cataluña en inversiones medioambientales. El empresariado se ha comprometido mucho más de lo que algunos números dicen, lo que pasa es que ahora está más preocupado de resolver la nómina de fin de mes que el tema de contaminación.
-¿El negocio se resiente?
-Eso en nuestro negocio se está notando. Si las infraestructuras de la administración se estuvieran haciendo adecuadamente, probablemente no se notaría porque hay mucho que invertir a nivel de la administración.
-¿Cuáles son las grandes cifras?
-Estamos a nivel de 175 trabajadores y nos movemos alrededor de los 18 millones de facturación. Estamos teniendo en los últimos años un crecimiento entre el 12 y 17% y este año, podremos estar entre un 12 y un 13%. El planteamiento es abrir nuevas líneas de negocio con distintas empresas. Tanto dentro de lo que es innovación, participar en la gestión del servicio, energético y participar en todos los aspectos del ciclo, yendo de la mano de los inversores.
