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Vandalismo: mejor prevenir...

Las ordenanzas antivandalismo de Sevilla son las que establecen las multas más bajas por daños al mobiliario urbano y conductas incívicas tales como orinar o escupir en la calle de entre todas las ciudades de España que cuentan con normativas de estas características.

el 15 sep 2009 / 06:23 h.

Las ordenanzas antivandalismo de Sevilla son las que establecen las multas más bajas por daños al mobiliario urbano y conductas incívicas tales como orinar o escupir en la calle de entre todas las ciudades de España que cuentan con normativas de estas características. Así, causar desperfectos en parques, bancos, contenedores etc., que en la mayoría de las ciudades conllevan una multa de en torno a los 750 euros, en Sevilla sólo se sancionarán (salvo excepciones consideradas graves) con multas de 120 euros. Las ordenanzas, que serán aprobadas en el próximo pleno tras una intensa negociación con Izquierda Unida y el Foro Social, responden con sanciones menos severas que otras ciudades reguladas -incluso la vecina Dos Hermanas- a los gamberros o simplemente maleducados ciudadanos que manifiestan estas conductas. Considerando estas diferencias, la reflexión no ha de desembocar en la crítica a una normativa que puede parecer permisiva, sino más en el fondo, en el origen de estas conductas que denotan una educación cívica deficiente y rayana a veces en el salvajismo. La más correcta actuación política debería, en este sentido, dirigirse a la prevención del vandalismo antes que al castigo del vándalo. Por desgracia, las sociedades modernas europeas que nos sirven de modelo e inspiración no tienen una fórmula mágica que ennoblezca a los individuos e impida comportamientos intolerables. Pero sí van por delante de nosotros en la educación cívica desde la infancia y la implicación de los ciudadanos en el cuidado y la responsabilidad sobre los elementos que hacen bellas y habitables sus ciudades. Mientras no haya conciencia ciudadana sobre la importancia de cuidar lo que es de todos, no desaparecerán los gamberros y viles personajes que se divierten destrozando el mobiliario urbano. Y, visto así, da igual la cuantía de las multas.

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