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Cultura

Vargas Llosa: "Un mundo sin literatura sería un mundo sin ideales"

Vargas Llosa ofreció ayer martes el discurso previo a la recogida del premio Nobel este viernes.

el 07 dic 2010 / 20:24 h.

Mario Vargas Llosa trazó ayer, en su discurso de recepción del premio Nobel, un elogio de la lectura, "la cosa más importante" que le ha sucedido, y de la literatura, al considerar que hace "gozar, sufrir o sorprendernos" y nos une sin tener en cuenta "lenguas, creencias, usos, costumbres ni prejuicios".

El literato, de 74 años, ensalzó la ficción hasta el punto de que dijo que es "una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo". Tan importante es para este autor leer -un acto que "convierte el sueño en vida y la vida en sueño"- como escribir.

"Sin las ficciones, el hombre sería menos consciente de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible, y del infierno en que ésta se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión", aseguró Vargas Llosa en un discurso cargado de compromiso político.

La gran sala de la Academia sueca reunió a la familia de Vargas Llosa y a más de un centenar de amigos que le acompañaban en el acto.

En su discurso de aceptación del Nobel de Literatura, titulado Elogio de la lectura y la ficción, el peruano rindió homenaje a su madre, a su abuelo Pedro y a su tío Lucho. Sin embargo, quien quebró la voz al literato, y provocó los aplausos de la sala, fue su esposa Patricia, "la prima de naricita respingada y carácter indomable" con la que, dijo, tuvo "la fortuna" de casarse hace 45 años y que "tan generosa" es que hasta cuando le riñe le hace el mejor de los elogios: "Mario, para lo único que tú sirves es para escribir".

Y su arte de fabular ha sido lo que le ha llevado a merecerse el preciado galardón, que este viernes recogerá, y que recordó que se debe a su "terquedad" y a "algo de suerte", pero que se ha convertido en una "pasión" y un "vicio".

Agradeció los secretos que le revelaron Flaubert, Faulkner, Cervantes, Dickens, Tolstoi, Thomas Mann o Sartre. "Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho, sus sombras nos sumirían en la oscuridad", dijo poético.

También agradeció la contribución de España, representada en este acto por la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde.
En este país -cuya transición de la dictadura a la democracia ha sido, en opinión de Vargas Llosa, una de "las mejores historias de los tiempos modernos"- se publicaron todos sus libros y recibió, en su opinión, "reconocimientos exagerados". El escritor hizo una mención especial para los editores Carlos Barral y Carmen Balcells, quienes recordó se "desvivieron" porque sus historias tuvieran lectores.

A Francia le atribuyó enseñanzas literarias "inolvidables", pero también su descubrimiento de América Latina. "Allí descubrí Perú", dijo el autor de La guerra del fin del mundo, que consideró que el hecho de vivir tiempo fuera de su país ha fortalecido más sus vínculos, "añadiéndoles una perspectiva más lúcida".

El Vargas Llosa escritor, ensayista y dramaturgo también se pronunció en su discurso sobre su ideario político e invitó a defender la "democracia liberal", que dijo, con todas sus limitaciones, sigue significando "el pluralismo, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres y la alternancia en el poder".

De regreso a la esfera literaria, concluyó que "un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos".

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