En plena crisis económica, la Comisión Nacional de Mezclar el IPC Con Anfetas le ha pedido al Gobierno que suba la luz un 11%. Y en verano, qué casualidad. No cuando catalanes y vascos encienden las calefacciones, sino justo cuando los andaluces ponemos el aire. Esperemos, por el bien de su cosecha de votos, que los políticos no sepan nunca lo que son ocho millones de andaluces acalorados y sin dinero. Usemos las unidades físicas de medida, ésas que tan bien manejan los jerifaltes de la energía, para hacerles llegar esta advertencia: que tenga cuidado el amperio y no nos toque los erbios, que si sube el vatio en julio, le van a dar por culombio. Que sepan que, puestos a pasar facturas, tienen todas las de perder.
