Guillermo Vázquez Consuegra será finalmente quien firme el diseño del Caixafórum de Sevilla, después de que se frustrara su anterior proyecto para las Reales Atarazanas, espacio cuyo futuro sigue siendo una incógnita. El arquitecto, que había amagado con demandar a la entidad financiera por incumplir el contrato de dirección de obra de la rehabilitación del astillero medieval, ha accedido finalmente a hacerse cargo del nuevo centro que se instalará en los bajos de la torre Pelli, cuyas obras está previsto que arranquen en el tercer trimestre de 2014 y que se prolonguen dos años.La Caixa, según informó ayer en un comunicado, va a iniciar inmediatamente la tramitación de las licencias con el Ayuntamiento y, en función de la duración de este proceso, su previsión es poder iniciar los trabajos este verano, aunque cabe recordar que fueron precisamente estos permisos los que retrasaron su anterior plan en las Atarazanas.Cuando en noviembre de 2012 la antigua caja de ahorros anunciaba que abandonaba su idea inicial de levantar su centro cultural en el céntrico monumento sevillano, argumentó dos motivos: dar contenido a la torre Pelli –obtenida tras la fusión con Cajasol– y adelantar así la apertura del Caixafórum sevillano. Sin embargo, los plazos del proyecto primigenio establecían la inauguración en 2015, por lo que este objetivo no se cumplirá, porque habrá que esperar al menos a 2016.La Caixa, que eligió para hacer este anuncio el mismo día en que la Fundación Atarazanas denunciaba en una rueda de prensa el abandono que sufre el antiguo astillero medieval desde que hace cinco años fuera cedido a esta entidad financiera, ya había avanzado el pasado año su intención de contar con Consuegra, si bien aún no se había confirmado oficialmente su presencia.Ayer, en una nota de prensa, informó de que el arquitecto ya presentó recientemente a la Obra Social el proyecto básico del nuevo Caixafórum, que contará con una superficie útil de 6.600 metros cuadrados, sobre una superficie construida total de 6.950 –frente a los 13.500 de las Atarazanas–, y dispondrá de dos grandes salas de exposiciones, un auditorio, dos aulas polivalentes, un bar-restaurante y una tienda-librería. La capital hispalense se convertirá en la cuarta ciudad española fuera de Cataluña –junto a Palma de Mallorca, Madrid y Zaragoza– con un Caixafórum.Sobre las Atarazanas, edificio del que aún tiene concedido su uso durante los próximos 75 años, la entidad catalana se limitó a decir que «mantiene su compromiso de formar parte de una nueva propuesta conjunta que permita poner en valor el monumento, destinando diez millones a un proyecto consensuado con las administraciones y con la Fundación Cajasol». Ni una palabra sobre su estado de conservación.