Los vecinos del núcleo residencial Santa Isabel, en el barrio de Amate, exigen la retirada de tres antenas de telefonía móvil que, según denuncian, han colocado "sin permiso de la comunidad" en uno de los seis bloques de la urbanización. Ayer evitaron, con ayuda de la Policía Local, el tendido del cableado para dotarlas de mayor potencia.
Dolores de cabeza, alteración de la frecuencia cardiaca y del sistema nervioso, casos de tumores repentinos... Son algunas de las dolencias que, según los residentes, padecen por causa de estas instalaciones de telefonía que acampan en lo alto del bloque número 4.
Aseguran sentirse "engañados" porque han sido colocadas sin su consentimiento. La primera de ellas llegó hace diez años. Echan la culpa al entonces presidente de la mancomunidad, Pablo Fortunati, de quien, explican los vecinos, ocultó la colocación de las tres antenas en la azotea de los pisos.
"De la noche a la mañana nos encontramos con una antena en el bloque 4. Lo hacen de noche y a espaldas de los vecinos", critica la actual vocal de la mancomunidad, Isabel María Ferrer. Pero la cosa no termina ahí. Hace tres años la historia volvió a repetirse. Dos antenas más desembarcan en el horizonte de la urbanización. Es, entonces, cuando los vecinos comienzan a pedir explicaciones al presidente de la mancomunidad.
"Nunca nos ha mostrado los permisos de las antenas", denuncian los vecinos que, además argumentan, que fue cesado del cargo hace un año cuando descubrieron que no era propietario del piso en el que vivía desde hace unos años.
Conscientes del problema que se les venía encima y tras detectar nuevos casos de enfermedades y dolencias repentinas, los propietarios iniciaron una campaña de denuncias en los juzgados, el 092 (Policía Local) y ante la Gerencia de Urbanismo. A su argumento de falta de permiso, apelan, además a un estudio técnico contratado por los propietarios y en el que se concluye que "están expuestos a un campo de potencia 600 veces mayor a lo permitido".
La tensión vecinal estalló ayer por la mañana cuando observaron cómo varios operarios de una de las empresas de telefonía con repetidor en la urbanización empezaron a tirar más cables de fibra óptica por la fachada del bloque 4 y el subsuelo, aprovechando las obras de reurbanización que Urbanismo están realizando en la zona.
Con ayuda de agentes de la Policía Local, que se personaron en el lugar a petición de los vecinos, pararon los trabajos y obligaron a la retirada del cableado. "No tenían licencia para ello", recalcan los residentes que están a la espera de tener una reunión con responsanbles de Urbanismo.
