Julio Velázquez centra en estos momentos toda la atención en el Betis, tras la derrota de su equipo frente al Alavés (1-2). Los dirigentes y el propio entrenador han estado bastante tiempo después del partido en el estadio, lo cual parece significativo de que algo puede pasar en las próximas horas. A principios de semana la dirección deportiva se reunirá para evaluar con más detenimiento el futuro del banquillo, por lo que no se tomará ninguna decisión en caliente. Mientras Velázquez, se limita a decir que no teme por su puesto y que no piensa en renunciar.Claro que he oído los cánticos, pero lo importante no es Julio Velázquez, sino el club. Tengo el máximo respeto hacia todo tipo de comentario y opinión. Mi contrato dura lo que dura. A partir de ahí, toca trabajar y pensar en el siguiente partido. No entro a valorar esas situaciones. Por fuerza, por ilusión y por ganas, no he pensado en dimitir. Sólo pienso en el entrenamiento de mañana y en el partido ante el Llagostera. No se ha bajado ni una décima en ganas e ilusión". Respecto al partido en sí, el técnico lo resumió de la siguiente manera: "El partido ha estado distorsionado con encajar tan rápido. Desde ese momento hemos estado muy mal, llegando tarde a los duelos, planos y espesos en la circulación. Al final aparecen la ansiedad y los nervios. En la segunda parte hemos tenido más alma y más ilusión en ir a por el partido, pero la realidad es que estuvimos deslavazados de principio a fin. Tras 14 jornadas, el Betis está más cerca del descenso a la Segunda B que de los puestos que dan billete para la Primera. Respecto a este dato aterrador, Velázquez considera que "esta categoría gira muchísimo, quedan muchas jornadas. Tenemos el ejemplo del Recreativo de Huelva del año pasado, que parecía que iba a ascender en diciembre. La clasificación dice cosas muy importantes y objetivas, pero a partir de ahí quedan muchas jornadas. Es verdad que esta progresión no vale, lo normal es que terminemos en playoff y no en ascenso directo. Se trata de modificar esa dinámica y de ser más competitivos. Hasta hoy estaba viendo una progresión, una mejoría en el juego, pero hoy al equipo no había por dónde cogerlo, el primero, el entrenador.
