-La actividad legislativa se cerró con leyes de su negociado -violencia de género e igualdad- que tendrán que demostrar su eficacia estos cuatro años. Ante los crímenes en los que el agresor quebrantó una orden de alejamiento, ¿teme un retroceso, por miedo, en las denuncias?, ¿cómo se garantiza la seguridad a las mujeres que dan el paso?
-Hay situaciones muy distintas y equipos que determinan medidas diversas. Cuando una mujer retira una denuncia o viola una orden de alejamiento lo hace por miedo, creyendo que va a evitar males peores aunque en la mayoría de los casos se equivoca. Sigue siendo necesario que denuncie y que pida ayuda antes, porque al poner la denuncia se multiplica el riesgo. La nueva ley extiende recursos e instrumentos de lucha de forma integral. La Consejería contará con una dirección general específica para coordinar todas las medidas de la ley y los recursos de instituciones o asociaciones que desarrollen programas contra la violencia de género.
-La igualdad parece que va a ser el caballo de batalla en las relaciones con los empresarios, clave en la concertación y a la hora de acceder a incentivos. ¿Augura muchas reticencias?
-He tenido alguna conversación informal con el presidente de la CEA y la predisposición es total y absoluta para intentar que Andalucía sea pionera en la aplicación de medidas de conciliación, para hombres y mujeres, en la empresa privada. Tengo una sensación muy positiva.
-La veo optimista cuando, a nivel nacional, la igualdad costó algún disgusto con la patronal.
-No es fácil pero es la sensación que he tenido de una conversación informal. No digo que esté exento de dificultades pero cuando hay buena predisposición las dificultades son menos y, de entrada, he visto buena predisposición.
-Y en el ámbito político, más allá del primer nivel ¿no se está diluyendo la paridad con interpretaciones de la ley?
-Todavía quedan nombramientos por hacer, el Consejillo (formado por los viceconsejeros) aún no está completo. Las leyes no tienen interpretación y yo estoy segura de que se cumplirá la ley.
-¿Cómo ha visto que las dos vicepresidencias sean ocupadas por hombres?
-Eso ya está así establecido y no me voy a pronunciar.
-Ministerio y Consejería de Igualdad, Instituto de la Mujer ¿no es una forma de institucionalizar la desigualdad?
-El día que hablemos del perfil de las personas y que pase a un segundo plano si es ministro o ministra habremos dado un paso fundamental. Pero todavía son necesarias estas instituciones porque no nos engañemos, hemos ido por delante en el ámbito legislativo pero transformar la realidad cuesta mucho. Es la forma de visualizar que todavía queda camino por hacer.
-La ley de dependencia ha despertado muchas expectativas y también críticas por los retrasos en la atención de las solicitudes. Ha prometido "velocidad de crucero" y está prevista una norma autonómica.
-Es verdad que hasta ahora el plazo de seis meses que da la ley se apuraba y al principio, por el aluvión, se sobrepasaban, pero hoy no se agotan, hasta el punto de que vamos a modificar el decreto para acortarlos alrededor de cuatro meses. En cuanto a la ley autonómica, nuestra idea siempre fue esperar a ver el recorrido de la estatal. Yo espero que esté en la primera mitad de la legislatura.
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