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Verano en otra dimensión

el 04 ago 2010 / 19:30 h.

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Una del as mejores opciones de ocio en verano es el cine. En las grandes ciudades han ido desapareciendo progresivamente las salas de verano, si bien las de invierno siguen ofreciendo en estas fechas una amplia oferta, que resulta más que atractiva si se tiene en cuenta que la mayoría de los multicines cuenta ya con un aliciente para ir a disfrutar de una buena película: las tres dimensiones.

Además, está claro que se trata de un negocio seguro para la industria de la exhibición. Los datos no engañan. El número de salas de cine con proyector digital se ha triplicado en los últimos doce meses, pasando de 119 a 323, y en la misma proporción han crecido las que pueden exhibir en 3D, que han pasado de 92 a 286.

Del total de locales cinematográficos, 216 (un 28,9%) posee, al menos, una sala digital y 212 (un 28,4%), al menos, una sala 3D, según se desprende del decimotercer Censo de Salas de Cine que la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) ha elaborado en colaboración con Discine.

Las comunidades con más salas de este tipo son Cataluña (66 digitales y 61 en 3D), Andalucía (51 y 44) y Madrid (50 y 41), y las que tienen menos son Asturias (4 digitales/3D), Cantabria (3), La Rioja (2) y Ceuta y Melilla (no cuentan aún con salas con estas características).

El informe señala que un 45,8% de la población española (15 puntos más que en 2009) reside en municipios donde existe, por lo menos, una sala digital/3D.

Las comunidades que figuran con 100 o más salas por millón de habitantes son La Rioja (133), Navarra (105) y Cataluña (100). Las provincias con mayor densidad son, por este orden, Álava, La Rioja, Tarragona, Lleida y Girona que superan las 115 salas por millón de habitantes.

Mención aparte se merecen los precios. Ir al cine en España no vale igual que hacerlo en otros países de Europa, y eso es algo que hay que tener en cuenta si nos disponemos a realizar un viaje por el viejo continente.

El precio medio de una entrada de cine varía hasta un 182% entre las capitales de los veintisiete Estados de la UE,  siendo los cines más caros para la población, en función a su salario  medio, los de Bucarest, Sofía y Bratislava, y los más baratos los de  Copenhague, Luxemburgo y Berlín, según un estudio realizado por  FACUA-Consumidores en Acción en 128 salas de cine de las capitales  europeas.  

En este sentido, los precios van desde los 3,62 euros que cuesta  de media una entrada un fin de semana o un festivo en Vilna  (Lituania) hasta los 10,20 euros de Helsinki (Finlandia). En Madrid  (España) el precio medio es de 6,93 euros y se sitúa en el puesto 14 de la lista, en comparación con los niveles adquisitivos de  sus ciudadanos, ordenando las ciudades comenzando por la más barata.

En función del salario medio bruto por hora, los cines que  resultan más caros a la población son los de Bucarest (Rumanía),  donde es necesario trabajar casi dos horas para comprar una entrada  de cine en fin de semana, Sofía (Bulgaria) y Bratislava  (Eslovaquia).

Por su parte, los que resultan más baratos a sus ciudadanos son  los de Copenhague (Dinamarca), donde el precio de una entrada  representa al equivalente de menos de media hora de trabajo,  Luxemburgo (Luxemburgo) y Berlín (Alemania).
Asimismo, París (Francia) es la capital con el precio más caro para las películas en 3D, ya que un día de fin de semana o festivo la entrada cuesta una media de 13 euros, frente a los 5,97 euros de Vilna. En Madrid supone 10,40  euros.

Y con estos datos, que cada uno elija el dónde y el cuánto, aunque el qué siempre será el mismo: la pasión por el cine, con cuantas más dimensiones, mejor. n

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