La etapa con final en Verbier abre la puerta de la temida última semana del Tour de Francia, un momento decisivo que tendrá su primer capítulo con el ascenso a la estación suiza, segunda llegada en alto de la edición.
En la primera cita alpina la carrera tendrá que comenzar a moverse, no quedarán excusas para los favoritos para no marcar diferencias en la general.
Verbier es un puerto tendido y no muy largo, 8,8 kilómetros de ascenso con una pendiente media del 7,5 por ciento. No es un puerto duro, con rampas que no sobrepasan el 9% de desnivel, pero no deja de ascender en todo el recorrido.
Antes de llegar a la estación suiza, los ciclistas habrán superado cuatro puertos de tercera categoría en la primera mitad del recorrido y uno de segunda a 70 kilómetros de la meta. Desgaste para sus piernas antes de la batalla final.