De hecho, nadie se atreve a asegurar tajantemente que el situado entre las calles Virgen del Rocío y Catalina de Perea sea el original. El ex alcalde, José Dorado (PSOE), recuerda que aquellos fragmentos aterrizaron en el municipio procedentes del pabellón de Alemania en la Exposición Universal de Sevilla de 1992. "Llegaron a través de un joven de Utrera que trabajó en la Expo 92 montando infraestructuras y, cuando acabó la muestra, nos comentó que este elemento se iba a tirar, y llevamos una furgoneta para traernos los cuatro trozos que hay en la ciudad", comenta el ex regidor, recordando al fallecido edil Andrés Campos, quien "llevó a cabo todo el proceso".
No existe ningún certificado de autenticidad del misterioso monumento, "que siempre pasó desapercibido entre los ciudadanos, y la gente lo pintó y destrozó la placa que se ubicó junto a él para indicar que aquello era un fragmento real del Muro de Berlín", según relata. Pero esto no es seguro. Ocurre algo similar con el quinto trozo de hormigón que estuvo en la Expo 92 y que permanece en Sevilla, situado concretamente en el interior del parque temático Isla Mágica, donde otro rótulo asegura su autenticidad. Éste pertenece al parque tecnológico Cartuja 93, desde donde afirman: "Nosotros siempre lo hemos considerado como una pieza auténtica".
Sin embargo, frente a las personas e instituciones que defienden su autenticidad, hay otras que dudan, o directamente niegan, que se pueda tratar de trozos del Muro de Berlín y matizan que se realizaron precisamente con motivo de la Expo 92. Es el caso del arquitecto técnico Antonio García, quien señala que "algunos de los materiales que se observan en los fragmentos de Utrera no se habían inventado cuando se construyó el Muro de Berlín", allá por 1961. O también el de otras voces que en los primeros años de la pasada década formaban parte del Ayuntamiento de Utrera, y que actualmente sostienen igualmente la postura que afirma que se trata de una réplica.
Mientras, en el Consulado de Alemania en Sevilla indican la existencia de un libro publicado por el Centro de Documentación del Muro de Berlín, en el que se recogen instantáneas sobre fragmentos del mismo, incluidos los de Utrera, aunque esa misma publicación deja claro que no necesariamente se trata de piezas procedentes del original.
En cualquiera de los casos, lo que sí es cierto es que este pequeño monumento cambiará su ubicación en la ciudad y pasará ahora a situarse en el parque de la Libertad. El edil de Obras, José Antonio López León, manifiesta que el cambio de sitio es fruto de un acuerdo alcanzado con la empresa Proherna, mediante el que ésta se comprometía a acometer, de manera desinteresada, el arreglo del recinto vallado que preside la entrada a la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, perteneciente a las Hermanas de la Cruz, donde se encuentran las dos palmeras situadas junto al Arco de la Villa. De igual modo, el convenio recogía el traslado de los cuatro fragmentos existentes hasta el citado parque, situado junto a la estación de autobuses del municipio. El concejal del PA espera que los trabajos puedan estar concluidos "después de las fiestas navideñas".
También el PP solicitó recientemente el cambio de emplazamiento del supuesto pedazo del Muro de Berlín, aunque las dudas sobre su originalidad planean ahora sobre él. En cualquier caso, el portavoz municipal de esta formación, José Rojas, continúa defendiendo la propuesta, basando su argumento en lo simbólico del mismo. Porque lo cierto es que la ciudad muestra un elemento, que ya sea real o ya sea una reproducción, sirve para que los vecinos y visitantes recuerden la importancia que en su día tuvo este episodio de la historia.